Los calambres musculares son contracciones súbitas e involuntarias que se producen en diferentes músculos, las cuales suelen ser dolorosas.
Los músculos comúnmente afectados son los de la parte posterior de la pierna, la parte posterior y delantera del muslo. También es posible experimentar calambres en la pared abdominal, los brazos, las manos y los pies.
Los calambres pueden presentarse de manera súbita durante la noche o el día e incluso dificultar el caminar y otras actividades diarias.
Un repentino dolor agudo que puede durar desde unos pocos segundos a 15 minutos es el síntoma más común de un calambre muscular, sin embargo, en algunos casos, también puede ser acompañado por un abultamiento del tejido muscular debajo de la piel.
Remedios caseros para los calambres
Para aliviar el dolor de los calambres musculares, se puede aplicar una compresa caliente o fría para tratar los músculos doloridos a la primera señal de espasmo. Las compresas se pueden utilizar con un paño caliente, una almohadilla eléctrica, un paño frío o hielo.
Otra opción es el castaño de Indias, que gracias a su contenido en aescina, ayuda a tonificar los capilares y arterias, y de esta manera fortalece las paredes de la venas haciendo que los calambres disminuyan. Se puede encontrar en tiendas de productos naturales o farmacias. La forma más habitual es tomarlo en cápsulas.
Un baño caliente puede mejorar la condición tras un calambre, porque el calor ayuda a estimular la circulación, siendo así un buen método para disminuir los síntomas. Si mientras te das el baño, te realizas unos masajes en las zonas afectadas, potenciarás sus efectos.
Tener unos buenos niveles de potasio ayudan a prevenir los calambres. Alimentos como el kiwi y el plátano son ricos en potasio. Tomar un batido de ellos por la mañana o unas horas antes de hacer ejercicio será un excelente remedio para prevenirlos y, en caso de padecerlos, tener una mejor recuperación.
El vinagre de manzana es otro excelente remedio para el dolor muscular, el cual ayuda en la circulación y es tonificante. Se puede aplicar tanto externamente (haciendo unos masajes y friegas en las zonas afectadas) como internamente (puedes tomarlo añadiéndolo en tus ensaladas o añadiendo una cucharadita en un té).