“Creo que la decisión que tomé fue para dejar de ser víctima, dejar de ser cautivo siempre dependiendo de pastillas, yo no tomo ningún tipo de remedio de laboratorio y cuando tomé la decisión fue cuando se terminaban las pastillas, de la hipertensión y la diabetes 2 que tenía. Me daba cuenta que no iba a ningún lado”, reflexiona Marcos Antonio Romero y nos comparte su camino de evolución consciente.
Todavía son más las mujeres que inician el camino espiritual, pero también los hombres van en busca de una vida mejor y deciden crear la suya.
Marcos Antonio cuenta que “todo comenzó como un camino espiritual, conocí a Dios a través de la Renovación Carismática. Tuve una experiencia en grupos y fui hacia la salud y luego a la felicidad. Mi papá me acercó libros como La ciudad del amor de Claudio María Dominguez y otros. Y así va comenzando todo un peregrinar en cuanto a encontrarme y a no ser víctima de las circunstancias”.
Marcos no estaba bien, ya tenía hipertensión, luego diabetes y para más males, le detectaron pólipos en el colon. “Esto podía ser el principio de un cáncer. Antes de operarme ya conozco la biodecodificación, y busco en Youtube cómo curar los pólipos, me encontré con el aceite de oliva y limón”, y así fue cómo el camino se abrió y comenzaron sumarse todas las alternativas.
El milagro de la vida
Hizo Un Curso de Milagros, que “nos quita la culpa, nos muestra que todos somos Dios, que todos somos uno y que tenemos una experiencia humana”.
“El milagro está a la vuelta de la esquina, aparecieron maestros, seguí nutriéndome de Youtube, vi a Corbera” y fue sumando. Cada vez se empapaba de más y más sabiduría.
Ahora sabe que “vinimos a la Tierra a evolucionar y aprender de una forma distinta. En mi familia somos muy ecologistas y espirituales, estamos en el servicio de los demás. Eso me sacó un poco la culpa bueno que un milagro puede ser levantarse, sanarse y gracias a Dios hace 4 años y 9 meses que estoy sano sin remedios, sin vacunas, sin médicos”.
Agrega que está convencido que “uno tiene que ser responsable de sus actos, el 17 de febrero de 2017 me extirpan los pólipos del colon y empecé la limpieza. A esto le sumé las constelaciones familiares que son muy buenas, ya había hecho biodecodificación. Es importante realizar el perdón de los ancestros, a nuestros padres, sabiendo que hicieron lo mejor que pudieron, y luego la sanación de mi niño y mi adolescente interior”.
Marcos Antonio entendió que “todos tenemos heridas de pequeños y también de adolescentes. Yo tuve meningitis de bebé y me quedó una secuela que si bien no se nota tanto, yo sí la sentía. En la adolescencia se sufre y todo eso hace que uno vaya necesitando sanar heridas e ir agradeciendo porque cuando uno es agradecido recibe más”.
Soltar y fluir
Curioso, estudioso, inquieto y hasta sociable, algo que había perdido. Entendió leyendo a Deepak Chopra que “la medicina tradicional se enfoca en curar el cuerpo físico, pero somos más que eso. Cuando hay desarmonía en el físico también hay en el espiritual, el energético y el astral. Cuando hay desarmonía es porque pienso una cosa, hago otra, digo otra. Entonces todo eso pude ir cambiando, arreglando en nuestro interior para poder agradecer e ir sanando”.
Incluso el cambio estaba tocando a su puerta pero él no lo veía, “tenía un grupo de Mejor Calidad de Vida cuando estudié en el Instituto, yo daba consejos a mucha gente, pero yo no los tomaba”. Cuando se dio cuenta, integró todo lo que sabía, “conocí la medicina alternativa, tomé vitaminas, suplementos, leí sobre las plantas y las sumé a mi vida”.
Agrega que aprendió muchas cosas de Youtube, “me iba encontrando con gente sabia, que no dependía de un médico o de pastillas, el tratamiento era sencillo solo exigía responsabilidad. Esa es una de las formas. Luego de la limpieza de colon fui incorporando el aceite de coco cuando vi lo que me podía dar.
También incorporé la miel y el vinagre de manzana. Uno puede buscar para qué sirve, tenemos todo al alcance y todo es gratis. Hay mucha gente hablando de medicina natural para dejar un poco la tradicional. Podemos hacer actividades como el yoga, hacer mantras de la paz espiritual, meditación, hacer algo que nos beneficie y nos active la oxitocina. Podemos dibujar, cantar, pintar, vivir sin ataduras, sin esperar nada de nadie, sin depender de nadie, amar, ser libres y fluir”.
También hace ayuno, abraza un árbol, mira el amanecer, el atardecer y “uno va despertando a la vida, podés ver que la vida es maravillosa, que es un parque de diversiones la montaña rusa, el tren fantasma, la calesita. Todo forma parte de la vida y todo llega con un fin, un propósito”.
Cómo pedir y por qué hay que agradecer
No hay que pedir desde el lado de la carencia ni del lado de la víctima, porque en realidad aprendimos de pequeños a serlo.
De chicos, si éramos víctimas teníamos helado, Coca Cola, podíamos faltar al colegio. También cuando éramos víctimas nos mimaban, nos besaban, nos amaban”. Todo eso lo aprendimos de pequeños, pero “el adulto tiene que ser responsable. Ya no es el niño que al adoptar el papel de víctima conseguía lo que quería.
Ahora entendí que era momento de decir: papá y mamá gracias por lo que me dieron, gracias por todo lo que me dieron. De ahora en adelante sigo mi vida, yo soy el responsable. Yo soy el que tengo que levantar mi camilla y andar”.
Marco Antonio cree que “esa fe, esa esperanza y ese optimismo que siempre tuve me fueron allanando el camino y luego me fue llevando en forma interdisciplinaria a todo lo demás”.
Antes era un hombre estresado, su trabajo lo tenía siempre preocupado, aparecieron las enfermedades físicas y ahora vive feliz, disfruta del aquí y ahora, elige estar sano usando todas las herrramientas que aprendió.
¡Ah! y el cierre magistral: “Tomar agua todo el tiempo porque es oxígeno para las células”.
Por Rosanna Toraglio.