Todo ser vivo es Dios pero aún no lo sabe ni lo descubre, ya que éste es el objetivo del juego, experimentarse inconscientemente en el mundo de la ilusión/forma física.
El alma se origina en el corazón de Dios y regresa para unirse al Padre una vez purificada a través del proceso de ascensión (parábola del hijo pródigo).
El alma es la extensión de Dios para experimentar y evolucionar en los niveles inferiores de conciencia y manifestar las cualidades divinas a nivel físico.
La mente es el principal obstáculo, ya que engaña haciendo creer al hombre que es una persona y que todo lo que percibe es la realidad, sometiéndolo automáticamente cuando presta atención a ella. Cuando su atención está en el campo mental, se va a identificar con el personaje humano que cree ser, éste es un programa creado por la mente y consiste en como piensa, actúa, reacciona y habla el experimento individual de la conciencia que es, consciencia Omnipresente/Dios que aún no lo sabe ni lo descubre ya que inconscientemente lo niega al poner su atención afuera.
Para descubrir su verdadera realidad debe tener la voluntad de practicar constantemente la meditación. Gracias a ella comprenderá que lo que creía ser, nunca ha existido, pues pertenecía a los sentidos con que la conciencia observa a la experiencia humana.
Por lo tanto, nadie puede salvarlo sino él mismo, pues el trabajo necesario es de introspección y para no caer en los juegos mentales mientras va descubriendo los misterios de la existencia, debe posicionarse como observador separando y discerniendo lo físico, lo mental y lo espiritual en el momento presente.
Dios es energía que fluye naturalmente en el presente y siempre ha estado con él y la ha negado inconscientemente con su atención y para llegar a ella necesita poner su atención mental en el chacra del corazón. Al hacer el trabajo correcto se siente que esa energía fluye naturalmente dentro de uno. Esa esencia ayudará al experimento humano a reprogramar las cualidades humanas a divinas y al vivir en la esencia experimentará automáticamente el cielo en la Tierra. De la web.
Graciela del Carmen Zaimakis de Abraham
Escritora/ Escuela de Pensamiento
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