En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Bárbara Gaztke (28), manifestó que no le comunicaron en primera instancia a la familia el hallazgo de la camioneta que utilizaba Ariel Peña (32) y con la cual desapareció repentinamente desde el 28 de diciembre del año pasado en el barrio Industrial de Puerto Esperanza.
La joven siempre se mostró con esperanzas de que su novio fuera encontrado con vida, pero reconoció que la noticia cayó muy mal en toda la familia, sobre todo porque continúan con incertidumbre y deben esperar una serie de estudios para saber si los restos óseos hallados con el vehículo son de Ariel Peña.
“Nos enteramos por los medios, una amiga me mandó la captura de la noticia porque no nos habían dicho nada. Después recién cuando nos comunicamos con el comisario de Puerto Esperanza nos preguntó si Ariel usaba una pulsera”.
El contacto de la joven fue a través de una aplicación de mensajería con este Diario y confirmó en un breve texto que “anoche (por el miércoles) trajeron la camioneta y todo a Puerto Esperanza, pero a nosotros no nos dijeron si quiera para ir al lugar. Recién ayer (jueves) esperamos más de dos horas en la comisaría para que nos lleven y es lo único, no nos dicen más nada y que hay que esperar hasta el lunes cuando se sabría si es o no él”, dijo.
En más de una oportunidad la pareja de Peña al igual que su padre, Teófilo Peña, quien reside en Paraguay, dijeron desconocer si el muchacho tenía algún problema con alguien.
“Él no tenía problemas con nadie que supiéramos, por eso nos pareció raro desde el primer momento que desapareció como si se lo hubiera tragado la tierra”, confesó en su momento el progenitor del desaparecido.
Por su parte, Bárbara consideró que hubo poca empatía con la familia al manejar el tema del hallazgo. “Pasamos 27 días sin novedades y cuando hubo algo nos enteramos por las noticias, no sé si es falta de empatía o corazón, pero no estuvo bien. Estamos mal, destrozados y queremos que se sepa la verdad”.

Muy querido en el pueblo
Por último, la pareja de Peña consideró que todo el pueblo sabía que Ariel era una muy buena persona y no le hacía mal a nadie. “A cualquiera que le pregunte acá en Esperanza va a decir lo mismo. Nosotros queremos como familia saber si es Ariel y quién y porqué le haría algo tan horrible, queremos que se sepa qué pasó realmente y en caso de que sea así, que el o los culpables paguen”, concluyó.
El muchacho es padre de un niño de 3 años de una relación anterior. Sus padres estaban separados, su madre vive en Puerto Esperanza y su padre, quien tuvo contacto con los medios en su momento, reside en Paraguay.
Fuentes cercanas al caso, indicaron que por el momento no hay una línea investigativa firme ya que primero hay que confirmar que se trata de Ariel Peña y a partir de allí, pensar y actuar en la investigación como un homicidio, por las características del hecho.
Desde el Juzgado de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, a cargo del magistrado Martín Brites, dispusieron pericias y medidas que podrían traer claridad en los próximos días. Los restos humanos hallados fueron trasladados al Cuerpo Médico Forense de Posadas para cotejos de ADN.
La camioneta Chevrolet S10 con patente paraguaya fue trasladada a la comisaría de Puerto Esperanza para pericias a cargo de uniformados de la Policía Científica dependientes de la Unidad Regional V de Puerto Iguazú. El dueño del vehículo y otros allegados al joven, son considerados testimonios claves ya que fueron los últimos en tener contacto con el fletero.