Suiza y Posadas. Casi sin escalas. Así fue la llegada de la misionera Catalina Mentlik (19) a Suiza. Arrancó en Guaraní, tuvo un breve paso por Huracán y coqueteó con la posibilidad de jugar en Boca pero en menos de tres años terminó en el FFV Basilea, en Suiza, donde compite todos los findes en la tercera categoría del torneo femenino. Sin embargo, la posadeña no se olvida del fútbol que la vio nacer. “Tengo pendiente jugar en el fútbol argentino”, dijo a EL DEPORTIVO desde Suiza.
Ayer, Ana Catalina Mentlik cumplió 19 años. Nacida en Posadas, Misiones, su carrera deportiva comenzó desde chica, pero en el tenis. Pasó por el Itapúa y después se entrenó en el CePARD.
Su talento le permitió quedarse con una de las tres plazas disponibles para ser parte del equipo argentino que compitió en el Sudamericano Sub 12 de Asunción, Paraguay, que se disputó en 2017. “Si bien no tuvimos muy buenos resultados, la experiencia fue muy linda. Y que me tengan en cuenta a mí, siendo de Misiones y no de Buenos Aires, fue muy bueno”, contó Cata a EL DEPOR.
Esa pasión incipiente por el fútbol ya comenzaba a notarse mientras despuntaba el vicio de la raqueta. “Cuando terminaba de entrenar, me ponía a jugar al fútbol con los chicos del club”, recordó.
Un día dejó el tenis y llegó al hockey, donde fue parte del Sub 12 de Tacurú, pero solo por medio año porque “quise probar la experiencia pero me parece que no era lo mío”. Después se decidió por la pelota y llegó a Guaraní. Tiempo después pasó a Huracán. Había llegado al fútbol para quedarse.
Ya en “Las Globitas”, Cata accedió a una prueba en River y otra en Boca, en época de pandemia. Las pruebas resultaron bien y la chance de calzarse la camiseta xeneize estuvo cerca, pero los padres de Cata decidieron que era muy chica -con apenas 16 años- para irse a vivir sola a Buenos Aires.
Entonces apareció Suiza en el horizonte: su tía vive hace años allá y le avisó que tenía chances de conseguirle pruebas en clubes de su ciudad, Basilea.
Así fue que, a mediados de 2022, armó las valijas y decidió cambiar la tierra colorada por Suiza y viajó a mostrar su talento. Con apenas 16, Catalina llegó, se calzó los cortos y arrancó. Así fue que terminó jugando para el FFV Basilea en la tercera categoría del torneo femenino.
Catalina juega de volante por derecha o izquierda y ahora le sumó una faceta como defensora por izquierda. Es habitual titular en el equipo que finalizó la primera ronda del torneo en la quinta posición entre 12 equipos y va con el objetivo de buscar el ascenso a la segunda categoría. “Estamos a cinco puntos del líder, así que todavía tenemos chances. El objetivo es ascender, el año pasado estuvimos a un punto del primer equipo pero no nos alcanzó. Así que lo vamos a intentar este año”, remarcó Catalina.
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Si bien todavía la liga en la tercera categoría es amateur -solo está profesionalizada la Primera División-, Cata destacó que el fútbol femenino en Suiza cuenta con “instalaciones de primer nivel, vestuarios, duchas, canchas, pelotas, no nos falta nada”.
Y Cata se hizo de una vida en Suiza: entrena tres veces por semana, trabaja en un psiquiátrico y estudia la carrera de enfermería. Vive con su tía, pero tiene planeado mudarse con unas amigas dentro de algunas semanas, a un departamento más cerca del club donde entrena. “Siempre lo dije y mis papás me inculcaron esto: es importante estudiar y no solo esperar algo del fútbol”, remarcó.
Y, para ello, aprenderse el idioma fue complicado. “Al principio me costó mucho. Gracias a que sabía inglés, porque había ido a un instituto, me pude arreglar. Después, en los entrenamientos, lo único que escuchaba era suizo – alemán y alemán y fui aprendiendo. Hoy en día me arreglo al 100%, trabajo y estudio en alemán”, señaló.
Cata, entre el fútbol, los partidos, el trabajo y el estudio, también se hace tiempo para viajar: estuvo en junio de 2022 en Wembley, viendo como Messi & Cía se quedaban con la Finalissima ante Italia y también dio un paseo por Berlín y por distintos lugares de Italia con amigas. Algunas de ellas se vinieron a Posadas con ella durante las vacaciones, a conocer el país. Después de que Argentina le ganara a Francia esa definición para el infarto que fue la final del Mundial de Qatar 2022, Cata fue con amigas al centro de la ciudad de Basilea a festejar y ahí se encontró con varios argentinos cantando por la Scaloneta.
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Y esa pasión por la celeste y blanca la persigue aún en el Viejo Continente. “Me gustaría jugar para la Selección Argentina. Si tengo que elegir, me voy de cabeza, es algo que tengo pendiente”.
Claro, Cata sabe lo que es ponerse la pilcha de la Selección, lo hizo con el tenis, y “me gustaría jugar con el fútbol. Estuve a punto de jugar en Boca y tengo pendiente jugar al fútbol en Argentina, no descarto esa posibilidad. Sé que jugar allá me ayudaría a tener más visibilidad para la Selección y, al fin y al cabo, ese es mi objetivo. Vamos a ver cómo se dan las cosas, pero ahora, hasta agosto, quiero pelear el ascenso con el FFV Basel”, cerró.