El sospechoso detenido por estafar con el “cuento de las piscinas” no pudo reunir el dinero para la caución exigida por la Justicia, en este caso medio millón de pesos, indicaron las fuentes.
Por ello y pese a que fue beneficiado con dicha medida, deberá seguir en un calabozo hasta que logre obtener la mencionada suma o algún bien como garantía, agregó un vocero. Tal como publicó PRIMERA EDICIÓN, las autoridades creen que las andanzas del imputado comenzaron hace unos dos años con la pandemia, hasta que finalmente y el pasado miércoles 10 de enero a la noche fue detenido por la policía en Oberá.
Los damnificados aseguraron que el individuo, de 31 años, les robó entre 350 mil a 1,5 millones de pesos. Su “red de engaños” y con la modalidad de “prometer, cobrar y desaparecer”, no habría sido solo en Misiones, ya que tiene denuncias por timar con el mismo modus operandi en Entre Ríos.
El “piletero estafador”, como lo conocen en la jerga policial, dejó un tendal millonario de pérdidas, afectando a medio centenar de personas que se atrevieron a denunciarlo por no cumplir con la construcción de la ansiada pileta para el verano y esfumar sus ahorros, siempre de acuerdo a los investigadores.
Usa las redes para captar
Desde hace más de dos años un denominador común en el individuo, según las denuncias en su contra, es quedarse con el dinero de señas y adelantos para construir piscinas en casas de familia y solo amagar iniciar la obra. Las quejas, en febrero de 2023 aumentaron en Posadas y Garupá, donde el Juzgado de Instrucción 6, inició la investigación.
Transcurrieron los meses y, al parecer de lo sucedido nada cambió y las denuncias comenzaron a contarse en Oberá, Leandro N. Alem, Campo Viera y otras localidades de la zona centro. Según las fuentes consultadas, declarada la pandemia por COVID-19, las estafas aparecieron con este sospechoso como protagonista. No pocas familias decidieron volcar sus ahorros para vacacionar en una pileta de fibrocemento. Nada más directo para buscar ofertas que los perfiles en redes sociales de especialistas en este tipo de obras. El acusado, con domicilio en el barrio Villa Stemberg de Oberá, en pocos meses se transformó en una “oportunidad” por los bajos costos de obra que publicitaba y la rápida construcción.
De esta manera, las primeras señas que se habría quedado a partir de 2020 fueron de 350 mil pesos por cliente, superando los 1,5 millones de la misma moneda con los últimos timados.
La investigación se profundizó por el aumento de las denuncias que coincidían en quien era el constructor que verificaba la propiedad donde iba a montar la pileta y excavaban incluso sus albañiles como primeros pasos de obra. Pero al día siguiente, ni el encargado, mucho menos los obreros se presentaban a continuar la tarea.
El constructor dejó de responder mensajes y llamados y el dinero transferido o cobrado al contado en mano, simplemente desapareció. Finalmente, fue capturado en el barrio Cien Hectáreas de Oberá.