Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN confirmaron que durante los últimos días hubo novedades respecto al caso de Antonio Ariel Peña (32) desaparecido desde el 28 de diciembre en Puerto Esperanza.
El juez Civil de Puerto Iguazú, Juan Francisco Vetter, por subrogación legal a cargo de la investigación, se declaró incompetente al conocer que hay testimoniales en el expediente que podrían dirigir el caso a un presunto secuestro extorsivo y la investigación debería recaer en la Justicia Federal de Eldorado a cargo de Miguel Ángel Guerrero.
Las mismas fuentes revelaron que los testigos son dos y que, en sede policial, durante los días de búsqueda de Peña, se comunicaron con un allegado al fletero y le pidieron dinero para liberarlo y decirle donde estaba el vehículo.
Peña desapareció el jueves 28 de diciembre con la camioneta de un amigo cuando salió del barrio Industrial de Puerto Esperanza y adujo que volvería pronto.
Su pareja, una joven de 28 años, fue la última en tener contacto con él y aseguró que Ariel le dijo “voy a hacer algo, vuelvo y te busco”, dando a entender que no demoraría mucho y por como estaba vestido, con ropa informal (remera, short y ojotas), tampoco se trataba de ir a realizar algún trabajo.
El miércoles 24 de enero, la policía confirmó el hallazgo de la camioneta Chevrolet S10 con patente paraguaya en la que se fue Peña. La misma estaba ubicada a la vera de la ruta 19 en una zona de extensa vegetación, a la altura del kilometro 13 en Wanda.
El vehículo estaba totalmente incinerado y a unos metros los investigadores dieron con un cuerpo calcinado. Si bien todo hacía presumir que se trata de Ariel Peña, hasta el momento y por el estado de descomposición del mismo, con la autopsia no pudieron confirmar su identidad.
Familiares confirmaron al día siguiente que es una zona a la cual no pudieron llegar con la búsqueda. Cabe recordar que después de una semana aproximadamente de la desaparición, argumentaron que la policía había reducido el número de efectivos abocados a la misma y ellos salían por cuenta propia.
Pese a que no se estableció oficialmente si es el fletero, desde la Justicia si confirmaron en su momento que el cadáver tenía tres disparos compatibles de arma de fuego en la cabeza y la muerte se correspondería con una lesión craneal provocada por un arma tipo revólver calibre 38 milímetros.
Se tomaron muestras óseas para cotejarlas en un examen de ADN con familiares del joven, pero dicho estudio aún no se realizó. Sin embargo, cuando entregaron el cuerpo días después en Puerto Esperanza, familiares y allegados del fletero lo despidieron como si se tratara de él.
Una vez que se conoció el hallazgo del cuerpo y la mencionada camioneta, se manejaron varias hipótesis y por fuentes vinculadas a la investigación, trascendió que un familiar reconoció un objeto encontrado en la escena del hecho y que se trata de una pulsera de plata que usaba Peña. Se indicó que resta que todo sea ratificado mediante testimoniales en sede judicial.
Con el posible cambio de juzgado, el expediente podría demorarse varios días más, resaltó un vocero consultado.
De acuerdo a lo que se desprendió en su momento en consultas realizadas durante la búsqueda, Peña trabajaba de viajes ocasionales para llevar comúnmente elementos de baño y grifería a la zona de frontera con Brasil, aunque según dijeron familiares, hacía cualquier tipo de viajes.
No contaba con un vehículo propio por lo que usualmente lo hacía con la camioneta prestada de un amigo, que resultó tener dominio paraguayo porque era del padre de quien se la prestó y la había traído de ese país.
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Desaparición y misterio
Antonio Ariel Peña (32) desapareció el 28 de diciembre y ninguno de sus familiares le encontró explicación.
Aseguraron en más de una oportunidad que no le conocían problemas o inconvenientes con nadie y pese a que buscaron, incluso por su cuenta, fue como si se lo hubiera tragado la tierra. Algunos perdieron las esperanzas y se hacen la idea de que el cuerpo incinerado hallado en Wanda es él.
Por lo pronto, la Justicia no confirmó la identidad, no hasta tener los resultados de las pruebas de ADN que se harán con restos óseos de esa cadáver y familiares directos del joven.
Peña estaba en pareja con una joven y convivían en Puerto Esperanza. Era padre de un niño de 3 años, de una relación anterior la cual había terminado en febrero del 2023.