La idea de que la promoción de la justicia social debe ser el objetivo central que guíe todas las políticas nacionales e internacionales cobra cada vez más fuerza. Esta idea ha ganado adeptos entre los que argumentan que permite que las sociedades y las economías funcionen de forma más cohesionada.
Sus defensores sostienen que promover el trabajo decente y una agenda de globalización justa centrada en los derechos fundamentales, las oportunidades de empleo, la protección social y el diálogo constructivo entre gobiernos, empleadores y trabajadores son claves para situar la justicia social en el centro.
Sin embargo, señalan la persistencia de grandes injusticias, una precariedad laboral generalizada, un alto grado de desigualdad y el desmoronamiento de los contratos sociales, exacerbados por las crisis mundiales. Estas duras realidades amenazan los avances logrados en materia social. Por tanto, reforzar las instituciones y las políticas que realmente promueven la justicia social debe ser una prioridad urgente.
Entre las propuestas para promover la justicia social se incluyen la mejora de una gobernanza inclusiva y eficaz del trabajo, la garantía de oportunidades de empleo y aprendizaje permanente, la reforma de las instituciones para lograr resultados más justos en el mercado laboral y la ampliación de la protección social a lo largo de la vida de las personas. Para ello se aboga por un enfoque integrado en todos estos ámbitos.
Fuente: ONU