El ministro de Economía de la Nación, Luis Caputo, confirmó que Argentina consiguió equilibrio fiscal en dos meses de mandato de Javier Milei. Fue en base a un fuerte ajuste en los gastos, donde se paralizaron obras públicas, se recortaron fondos para educación, se eliminaron ayudas (algunas mal llamadas subsidios), no se transfirieron fondos a las provincias y tampoco se aumentaron los haberes de activos y pasivos para al menos empatarle a la inflación.
¿El ajuste lo pagó la política? Hasta ahora, no hay registros que diputados, senadores, ministros y miembros de la Corte Suprema hayan decidido hacer su aporte a la “cruzada libertaria” de achicar el gasto del Estado.
Hay que reconocer que, en muchos organismos, se dieron de baja más de 40.000 puestos de trabajo temporarios y se achicó la estructura de ministerios.
¿Con eso alcanzó para llegar a bajar el déficit? No, como bien lo explicó el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), cuyos economistas no son precisamente kirchneristas, casi la mitad del ajuste lo pusieron los jubilados y pensionados de ANSeS, que lejos están de ser la “casta” que tanto repele el presidente Milei.
Aunque el Presidente festeja y comparte en redes que los argentinos deban vender sus ahorros en dólares para llegar a fin de mes, no deja de ser otra demostración que la clase media-baja que pudo generar algún tipo de ahorro con el esfuerzo de su trabajo está cada vez peor.
En la limitada visión partidista de “ganarle” a los opositores, el Gobierno nacional mete “motosierra” a costa de los trabajadores (más informales que formales) que van resistiendo como pueden. ¿No la ven en la Rosada? Es difícil pensar que no. Pero, nadie quiere contradecir al Presidente en su Gabinete porque pueden seguir el camino al despido, como ya le ocurrió a otros. Por eso, a coro, prefieren gritar “¡viva el ajuste carajo!”.
Fuente: Agencia de Noticias y Medios Digitales