
A las 18 se abrieron las puertas del “sector azul” como también se conoce en el Hospital Madariaga a la Terapia Intensiva. Afuera esperaban los familiares de Ramona Isabel Morínigo (39), la mujer que fue quemada en un 50 por ciento del cuerpo tras ser rociada con alcohol y prendida fuego por su pareja, según las primeras investigaciones policiales. La madre de Ramona, Marta Ferreyra (62), estuvo alrededor de diez minutos visitando a su hija. Al salir fue contenida por su hijo y hermano mayor de la víctima, Sergio Gómez (45), quien la abrazó y la acompañó en todo momento.
Al salir de la visita, ambos recibieron a PRIMERA EDICIÓN, donde Marta agradeció el acompañamiento de la prensa y también pidió que la charla no sea muy extensa, “me pongo muy mal, se me quiebra la voz luego de ver a mi hija en una cama, vendada, entubada y luchando por su vida. Les pido disculpas por no poder hablar mucho. Vinieron a darnos su apoyo gente que hacía 20 años que no veíamos, están presentes y nos acompañan a mí y a mis tres nietos de 17, 15 y 10 años, hijos de Ramona, que ahora están viviendo conmigo”, dijo sollozando.
Fue entonces que Sergio tomó la posta y habló en nombre de su familia.
Las noticias, no fueron para nada alentadoras: “Los médicos nos comunicaron hoy que mi hermana tiene daño en uno de sus pulmones, su estado sigue siendo crítico. Los médicos hacen todo lo que pueden pero no pueden hacer más que eso, ahora depende de cómo evoluciona su organismo y la fuerza de ella para salir adelante. Y en las manos de Dios”.
“Además de lo que ya se sabe, de que está grave desde que ingresó, ahora los médicos nos dijeron que sufre esa dolencia. Debemos esperar, ella es una persona de una gran entereza y fuerza. Es el sostén familiar. La hermana e hija de carácter fuerte que siempre está presente en los momentos más difíciles y cuidando a nuestros padres”, contó.
“Ella siempre la peleó sola, tiene tres hijos menores. Queremos saber qué pasó, y ella tendrá la palabra. Estamos dolidos y queremos que salga adelante y que se haga justicia. Mis sobrinos vieron como se le caía la piel a su madre y no quiero ni pensar cómo quedaron mentalmente al verla prendiéndose fuego y tratando de ayudarla”, relató.
Acerca del sospechoso, Sergio dijo que “ellos discutían mucho es lo que dice, no sé si es cierto pero las peleas eran porque él tomaba y se transformaba, se ponía pesado y violento”.
“Me quiso matar”
Según lo que se sabe hasta el momento, la madrugada del domingo pasado, alrededor de las 2, Ramona fue atacada en una vivienda de calle 168 casi Humahuaca del barrio San Onofre.
Por causas que se investigan, el presunto agresor, un albañil de 34 años, tomó una botella de alcohol y le arrojó el contenido en la cara a su pareja, para luego encender el líquido inflamable.
Fueron pocos segundos pero los suficientes para provocarle quemaduras graves que le afectaron el rostro, el cuello y el muslo izquierdo.
En el lugar la víctima fue socorrida por su familia, quienes la trasladaron hasta el sector de emergencias del Hospital. En el camino, le habría dicho a uno de sus tres hijos menores quién la agredió.
Según su familia, le contó al adolescente que su pareja fue quien la agredió. Dijo la frase “él me quiso matar”, contó Juan Ramón Morínigo (59), padre de Ramona. La mujer tenía quemaduras tipo AB y B, está entubada con asistencia mecánica respiratoria. La investigación fue caratulada como tentativa de femicidio.
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