Durante cuatro días la familia no supo dónde estaba Jessica y decidieron avisar a la policía. Al día siguiente los investigadores la hallaron enterrada en una chacra de Paraje Cabureí, en las afueras de Comandante Andresito. Su expareja fue capturado acusado de asesinarla. Ahora está a un paso de ir a debate oral por “femicidio”.
El juez instructor de la causa Martín Brites, giró el expediente a la Fiscalía de Instrucción 2 de Eldorado a cargo de Bibiana Alderice, subrogante de la de Puerto Iguazú, para que opine si es necesaria alguna medida complementaria o si ya puede cerrar el expediente y elevarlo al Tribunal para que Juan Carlos Krizezuk (52) sea juzgado.
El asesinato de Jessica Silvana Duarte (31) fue el quinto femicidio registrado en la provincia el año pasado. La mujer tenía dos hijos de 6 y 11 años, uno de ellos concebido con quien terminó matándola, según lo señalado por la investigación.
El 7 de junio de 2023, la mujer estuvo en la casa de su madre en el barrio Quintas altas de Andresito y le dijo que tenía que ir hasta la chacra donde trabajaba Krizezuk, puesto que él la había citado a ese lugar para que le firmara un papel. Ella quería viajar a un país limítrofe y necesitaba la firma del padre para que pudiera salir con la niña. La última persona que los vio juntos fue precisamente el empleador del imputado y dueño de la chacra.
Era un miércoles cuando su familia la vio por última vez, pero estaban preocupados puesto que sabían de la relación conflictiva que tenía la pareja. Además en la Justicia ya existían denuncias por violencia de género.
El domingo 11 decidieron radicar la denuncia acerca de su desaparición y con los primeros datos rápidamente los efectivos se dirigieron a la chacra ubicada en inmediaciones de la ruta nacional 101 y la provincial 25. El hecho que la mujer le contara a su madre hacia dónde se iba fue crucial.
Con la confirmación del propietario que los había visto juntos, los investigadores sagazmente encontraron una cartera de mujer con signos de haber sido tirada recientemente. Esto los puso en alerta y comenzaron a hurgar por el lugar hasta que encontraron una motocicleta abandonada, la misma de Jessica, una Kymco 110.
Con esa otra evidencia que ahondaba la sospecha acerca de la suerte de la mujer, pidieron autorización al dueño para revisar el galpón donde Krizezuk guardaba las herramientas. Encontraron una pala con manchas que parecían ser de sangre y el mango roto.
La situación se tornaba grave y con una orden judicial comenzaron la ardua tarea de rastrillar el predio de 47 hectáreas. Pero no pasó mucho tiempo puesto que el sitio donde estaba la moto fue tomado como clave. Justamente en un radio de 700 metros, observaron un montículo de tierra recientemente removido que se encontraba ya en la chacra lindante.
Allí estaba el cuerpo de Jessica, envuelto en bolsas de arpillera. A simple vista percibieron que tenía golpes en la cabeza y en el rostro.
Las actuaciones continuaron en la vivienda que ocupaba el sospechoso, donde encontraron las zapatillas de la víctima. Pero no se sabía dónde estaba él.
Una de las hermanas fue la que reconoció el cuerpo. Si bien estaba desfigurada por los golpes, notó que tenía puestas las mismas ropas que ese día en casa de su madre.
La autopsia reveló que había sido estrangulada manualmente y con un elemento que podía haber sido un cinto.
A la búsqueda del autor de parte de personal de la Unidad Regional V, se sumaron efectivos de la Dirección Homicidios. Fue el martes 13 de junio cuando lo encontraron en el monte de Paraje El Verde, a 1,5 kilómetros del cauce del río Iguazú.
Ya detenido intentó quitarse la vida en la celda. Casi un mes después el juez Brites le dictó prisión preventiva por “homicidio agravado por haber mantenido una relación de pareja y por mediar violencia de género”. Ahora queda menos para que sea juzgado.