Recientemente estuvo de visita por Argentina la primera subdirectora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath. Tras reunirse con el presidente Javier Milei; el ministro de Economía, Luis Caputo; referentes sindicales y políticos, la funcionaria internacional lanzó dos pedidos a la Casa Rosada, con la misma diplomacia con la que acostumbra a tratar, aun cuando no hubo “feeling” como fue con el exministro y candidato a presidente de UxP, Sergio Massa.
Tras escuchar a los actores locales, Gopinath emitió un comunicado en la cuenta oficial del FMI, donde reflejó lo que más argentinos vienen observando con profunda preocupación: el riesgo social que se incrementó con los recortes (especialmente a jubilados, pensionados) para llegar al déficit cero en las cuentas fiscales.
“Dados los costes de estabilización a corto plazo, es esencial sostener esfuerzos para apoyar a los segmentos vulnerables de la población y preservar el valor real de la asistencia social y las pensiones, así como garantizar que la carga del ajuste no recaiga desproporcionadamente sobre familias trabajadoras. Proceder de forma pragmática para asegurar apoyo social y político también es fundamental para garantizar la durabilidad y eficacia de las reformas”, sostuvo la representante del FMI.
El presidente Milei, horas después, declaró estar dispuesto a ir por otro plan si se acordaba con el Fondo para obtener más dólares. Pero, de consensos y acuerdos, sigue mostrando su costado no negociador más duro. ¿Será el FMI el que imponga un cambio ante la intransigencia del libertario?