El adelanto de la autopsia al cuerpo de Mauricio Ariel Cabral ahuyentó la presunción de que su muerte fue provocada por terceras personas que lo atacaron o lastimaron con algún tipo de elemento o arma.
De acuerdo a las fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN el joven cortador de pasto, entre otros tipos de changas y labores a las que se dedicaba, no tiene lesiones de golpes, cortes o heridas que tejan una hipótesis de un homicidio.
Los peritos del Cuerpo Médico Forense informaron al juez de Instrucción 1, Marcelo Cardozo, la ausencia de lesiones y confían en que los resultados de los estudios de laboratorio a las muestras tomadas del cuerpo determinarán si hubo o no una intoxicación o una sobredosis de estupefacientes.
Mauricio Cabral fue descubierto el domingo por la mañana en un baño abandonado en el barrio El Porvenir II. Lo hallaron sentado en el piso, con el torso descubierto y sin signos vitales.
En la mano derecha los efectivos de la Policía Científica hallaron una pipa artesanal de plástico con la que -se especula- habría fumado algún tipo de droga como paco o pedra.
El domingo antes del mediodía, al asentamiento también denominado Familias Unidas de Posadas, zona sur de Posadas, los primeros en llegar a la contingencia fueron los efectivos de la División Investigaciones de la Unidad Regional X y de la Brigada de la comisaría Decimoquinta (por jurisdicción). Y además del elemento mencionado, Cabral sostenía un machete envuelto en una prenda de vestir.
En la escena, los peritos policiales no detectaron evidencias de pelea, altercados o algún tipo de violencia.
Horas más tarde y según informó la médico legista de la UR-X que intervino en el caso, se pudo saber que el cuerpo presentaba “mocos blancos por nariz y sangre por la boca”.
Estuvo varias horas como NN, hasta que se presentó ante las autoridades un familiar que lo identificó y señaló que tenía domicilio en la chacra 145, zona Oeste de Posadas, en inmediaciones a la costanera del arroyo Mártires y avenida Chacabuco.