La refacción de la Escuela 633 de Campo Ramón tenía que terminarse en enero de este año pero, con apenas el 10% de avance de obra, en febrero último la empresa a cargo de los trabajos desarmó el obrador y se llevó todo, incluidas las aberturas que debían colocarse.
Con el edificio desmontado, sin cielorraso en la mayoría de las aulas, sin inodoros en los sanitarios ni ventanas en los huecos a medio picar, el director del establecimiento educativo, Marcelo Poje, viajó a Posadas para buscar respuestas para toda la comunidad educativa. Solo le dijeron que tenga paciencia.
“La obra de refacción era con fondos nacionales y claramente no se cumplió en tiempo y forma… y no se puede adjudicar solo al corte de fondos del actual presidente”, indicó el director en diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones.
“Viajé el 28 de febrero a Posadas, hablé con el arquitecto Sergio Alonso del Ministerio de Educación y pedí una respuesta a la Provincia para poder transmitir a mi comunidad… los padres están indignados, uno trata de apaciguar y mantener el diálogo con la comunidad, ser el nexo y darles las explicaciones correspondientes, pero el Estado debe hacerse cargo porque como director esto escapa a mis posibilidades”, aseguró.
Chicos pobres, escuela pobre
Los alumnos, que esperaban este año tener un edificio escolar en el que pudieran volver a tener modalidad de jornada completa de ocho horas, volverán a ir a clases en el sector de talleres, aledaño a la escuela.
Además, para que todos puedan tener clases presenciales, Poje precisó que dividen los grupos en tres con dos horas y medias de clases cada uno (de 8 a 10.30, otro grupo de 10.30 a 13.30 y un tercer grupo de 13.30 a 16 horas) y, para completar las 8 horas, se trabajará desde la virtualidad a través de las redes sociales utilizando los teléfonos y las computadoras, en función de lo que cada uno tenga.
El sector de talleres donde volverán a dar clases tampoco está en buen estado, “en los días de lluvias pedimos a los padres que no manden a los chicos porque se inunda y está tan deteriorado que se electrocutan las paredes… es nuestra responsabilidad si se nos muere un chico”.
Pese a tener todo en contra Poje garantizó el inicio de las clases y convocó a los padres a una reunión a las 9 para poder informarles de la situación.
Para el director, “la situación es muy mala para todos y creemos que las familias mandarán igual a los chicos porque por lo menos acá podrán acceder al comedor. Nuestros alumnos son en su mayoría de familias tareferas y de escasos recursos con un jornal que no les alcanza”.