Algunos medicamentos de venta libre en farmacias a veces pueden generar grandes inconvenientes.
El médico es el profesional que debe sugerir un tratamiento personalizado, pues es una lástima escuchar sobre el exceso de la automedicación que se da en muchos casos, perjudicando así a la larga otras situaciones.
La acidez o reflujo puede tener diferentes causas y lo ideal es realizar un examen clínico para evaluar las medidas generales a seguir.
Tener en cuenta el peso, ciertos hábitos como la ingesta de alcohol y tabaco que son muy perjudiciales, el sedentarismo, los niveles constantes de distrés, el mal dormir, las comidas copiosas o muchas mezclas.
El uso de ciertos productos como la leche que se tenía como mito para disminuir la acidez, hoy sabemos que tiene peores complicaciones, también el uso de azúcar o muchas comidas enlatadas, envasadas.
A veces por diversas razones, es posible que una persona no secrete suficiente ácido clorhídrico, a veces por ejemplo, el envejecimiento es un factor importante, ya que casi cuatro de cada diez mayores de 40 años tienen algún grado de deficiencia en la secreción de ácido gástrico. De hecho, la falta de secreción de HCL en el estómago es una de las causas más comunes de indigestión, hinchazón o eructos después de una comida y mala absorción de nutrientes.
Complementar con betaína HCL en las comidas puede marcar la diferencia y contribuir en gran medida a mejorar la indigestión cuando hay una producción insuficiente de ácido estomacal.
¿Pero qué es la betaína?
Es una sustancia que podemos encontrar en varios alimentos muy fáciles de consumir como la remolacha, que algunos alejaron de su plato por el contenido de calorías o azúcar. Un beneficio gastrointestinal clave de la betaína es mejorar la salud del revestimiento gastrointestinal. La betaína mejora la barrera intestinal al aumentar la producción de proteínas que mantienen la unión estrecha entre las células.
Dónde la encontramos:
• Remolacha
• Brócoli
• Mariscos
• Espinacas y otras verduras de hojas verdes
• Cereales integrales.
El estómago está diseñado para ser extremadamente ácido cuando está vacío. Su pH oscila entre 1,5 y 2,5. Cuando se les exige una comida, las células del estómago producen más HCL junto con una enzima que digiere proteínas conocida como pepsina. Esta combinación es realmente importante para descomponer las proteínas ingeridas y destruir los microorganismos ingeridos como bacterias, virus y levaduras.
Se necesita una secreción suficiente de ácido para absorber adecuadamente la vitamina B12, el folato, la vitamina C, el hierro y algunas formas de calcio, magnesio y zinc. Por eso no es bueno buscar suprimir el ácido sino equilibrarlo.
Lo podemos hacer en muchos casos acompañando al paciente con la enseñanza del estilo de vida saludable. Dentro de las cosas que a veces no damos importancia es cómo llega el alimento al estómago.
La masticación tranquila y consciente.
Bebidas que acompañan.
Mezclas de alimentos.
Diferentes pastillas y sus interacciones. Y sobre todo, las emociones que acompañan. Es muy importante destacar estos puntos a la hora de elegir los tratamientos.
Feliz y bendecido domingo.
Dra. Marcela Campias Whatapp: 3764413607 –
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