Tres jóvenes declararon en las últimas horas ante la Fiscalía de Instrucción de Puerto Rico, en calidad de testigos, y complicaron la situación del profesor de básquetbol femenino, de 57 años, que es investigado por presuntos abusos sexuales a una adolescente y que practicaba dicho deporte bajo su supervisión, indicaron las fuentes.
El caso, que salpicó a un club de Capioví, se remonta a octubre del año pasado, cuando se radicó la denuncia que disparó la investigación judicial, tal como adelantó este Diario en exclusiva.
Dicho inicio del expediente fue el 25 de octubre, cuando se presentó una joven de 19 años -acompañada por su padre- ante la Fiscalía de Instrucción de Puerto Rico, en virtud de que reside en esa localidad. La chica relató que cuando tenía 17 años practicaba el citado deporte en Capioví, donde el entrenador de los equipos femeninos la manoseó y que incluso le practicó sexo oral tras encerrarla en una pieza, precisó la fuente. Las situaciones de acoso además fueron constantes durante un período de seis a siete meses, según refirió la víctima, quien incluso habría dicho que sintió culpabilidad al no poder frenar a tiempo a quien la agredía sexualmente.
Un dato que aportó la denunciante y que para la prosecución de la investigación sería clave, es que no sería la única, ya que habría contado lo que vivió a manos del hombre a otras compañeras y personas vinculadas al club donde practica básquetbol y estas personas le confiaron que pasaron por situaciones similares.
Fue así que con buen tino desde la Fiscalía de Puerto Rico citaron a dos exjugadoras de la misma institución y que habrían sido mencionadas por la primera denunciante, quienes también dijeron haber sido abusadas con manoseos por parte del sospechoso cuando tenían 11 y 12 años, indicó un vocero.
No obstante, se cree que estas dos últimas denuncias podrían prescribir, ya que actualmente las dos mujeres son mayores de edad (tienen 42 y 43 años, respectivamente). En cuanto al modus operandi los voceros revelaron que sería prácticamente el mismo en cada caso.
“Al banco de suplentes”
En el contexto de los acosos a jugadoras cuando eran menores, las tres testigos que declararon esta semana agregaron que “a las chicas que teníamos novio nos hacía escenas de celos y nos mandaba al banco de suplentes como castigo. También hacía comentarios respecto a nuestras colas, pechos y colores de bombachas y nosotras teníamos 12 y 13 años”, coincidieron en decir las testigos ante el fiscal Héctor Simon.
Agregaron que “eran perseguidas luego del entrenamiento por el profesor, que se colocaba a su lado al mando de su automóvil”, indicaron las fuentes.
Las conductas de acoso, explicaron los voceros, no configurarían delito, sin embargo reforzarían los dichos de la denunciante respecto al modus operandi del sospechoso. Por otra parte, se añadieron a la investigación capturas de chat que podrían ser claves.