No resiste el menor análisis el hecho de que en un país jaqueado por la pobreza, donde el 60% de la población (incluidos los asalariados “promedio”) tienen alguna necesidad básica insatisfecha y a una de cada diez personas ni siquiera le alcanza para comer como es debido, casi la mitad de lo que se gasta en alimentos sea costo impositivo.
Pero esa es la realidad en Argentina, según alertó el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) en un informe donde refleja que los tributos nacionales, provinciales y municipales representan el 43,9% del precio final de los principales alimentos de consumo masivo. Así, sobre una “canasta” de nueve productos básicos, con un valor actual de 50.064 pesos, el análisis verifica una carga tributaria de 21.993 pesos, es decir, del 43,9% del valor de la compra. Y explica que según el tipo de productos la carga puede variar entre el 36% y el 48%.
No puede sorprender entonces que el consumo se derrumbe a marchas forzadas en esta Argentina 2024, heredera de un gobierno “nacional y popular” que castigaba al pueblo con pesadas cargas fiscales que ponían en riesgo su supervivencia, y que ahora, ya en manos de un gobierno “libertario”, entra en contradicción con el principio mismo del liberalismo al padecer la misma o mayor losa tributaria sobre los bolsillos tanto del que produce como del que consume.
Javier Milei sigue apostando a estirar la “luna de miel” que suele asignarse a los nuevos inquilinos de la Casa Rosada durante al menos sus tres primeros meses (la imagen del Presidente todavía rondaría o se acercaría al 50% de aprobación social), pero más pronto que tarde tendrá que empezar a “tirarle algún centro” aunque sea a sus seguidores.
En esa línea iría la “apertura de importaciones” anunciada la semana pasada, pero que aún está por ver en la “letra chica” (hasta ahora todos los grandes anuncios de la gestión se han ido disolviendo) y, sobre todo, si los problemas que a priori presenta se pueden minimizar y así poder pensar en resultados reales para la gente y no para los pocos de siempre.