Transcurrió un mes del ataque a tiros que se cobró la vida de un joven y dejó en estado gravísimo al padre de éste en Paraje Cabure-í de Comandante Andresito. Los principales sospechosos del hecho son el patrón de ambos y el capataz de la chacra en las afueras de Andresito. La Justicia espera que el sobreviviente pueda recuperarse y contar lo que ocurrió en la noche del pasado 3 de marzo.
Si bien esto no afecta la investigación, que el padre de Hugo Sebastián Goncalves (25) pueda relatar cómo fue que los atacaron y qué había pasado previamente entre ellos, puede ser clave para fundamentar la acusación que ya se tiene contra los sindicados de 74 y 31 años.
La víctima de 49 permanecía internado en el Hospital SAMIC de Eldorado. El último parte médico no había cambiado. Continuaba conectado a un respirador.
Su evolución era incierta pero para la justicia, por el tiempo que le llevaría al hombre lograr el alta médica si se recupera, no descartaban tomarle testimonial en el mismo nosocomio, según señalaron las fuentes consultadas.
Ya ocurrió con un caso similar, como la investigación por el femicidio de Betiana Machado (17), donde al imputado Pablo Rafael Alves Policeno le tomaron indagatoria en el SAMIC de Eldorado, unos 40 días después de la muerte de su pareja. El acusado que ya aguarda fecha de juicio, quedó internado tras sufrir lesiones graves tras apuñalarla y despistar cuando huía por la ruta.
En el caso en cuestión ambos sospechosos permanecen detenidos, luego de negarse a prestar declaración ante el juez Martín Brites en la causa caratulada como “homicidio simple y homicidio en grado de tentativa, ambos calificados por el uso de armas de fuego, todo en concurso real con tenencia ilegal de armas de fuego”.
El domingo 3 de marzo, en horas de la madrugada, una joven se presentó en la comisaría de Andresito a revelar que había dos personas aparentemente sin vida en una chacra de Paraje Cabure-í y podrían tratarse de su pareja y su suegro.
La comisión policial halló a Sebastián Goncalves sin vida y a su padre aún con signos vitales. Ambos tenían heridas de arma de fuego. Por la posición en la que estaban ambos y por el tipo de lesiones que sufrieron, se presumía que el hijo intentó proteger a su padre.
La relación entre el hombre de 49 y el patrón se había quebrado tiempo atrás porque lo había acusado de robarle tabaco. Pasó el tiempo y volvió a trabajar para él con la plantación de yerba.
Hugo Sebastián había logrado que le dejara construir una casa precaria en el ingreso a la chacra. Ahí vivía con su pareja. Él se encargaba de limpiarla de malezas y a cambio el dueño le permitió plantar un poco de tabaco. Su papá solía ir a ayudarlo en ese lugar.
El día del hecho la joven fue a la casa y no encontró a su pareja. Por ello se fue hasta la plantación y lo encontró allí, junto a su suegro. Les cebó tereré y luego regresó. Escuchó un disparo pero no le dio importancia. Era común en la zona.
Luego vio pasar la camioneta del patrón hacia el fondo. Cuando él regresó le dijo que encontró dos cuerpos al costado del camino. En eso llegó el capataz en otra camioneta. El dueño le dijo que llevara a la joven a ver. Observaron los cuerpos pero el empleado le dijo que no se bajara, que mejor fueran a la comisaría. Cuando llegaron, él no quiso entrar con la joven para denunciar el hecho.