En veinte minutos el fuego se consume una vivienda a la que a una pareja le costó mucho laburo y ahorros, largos rezos y promesas religiosas por un golpe de suerte en el sorteo y adjudicación. Las llamas no distinguen de méritos y con los pobres son implacables.
Un hogar de madera en el barrio 508 Viviendas de Itaembé Guazú se quemó este martes por completo pasadas las 9, cuando un joven conductor de colectivos del servicio urbano desayunaba con su esposa y los dos hijos de 10 y 3 años.
Ocurrió en el cruce de las calles Caña Fístula y Ambay y se convirtió en el cuarto siniestro en el mismo barrio en menos de un año y por las mismas causas, fallas en el cableado de electricidad, fusibles que no cortan o llaves térmicas que no cortan la energía. Las casas de este sector son de madera y denominadas como “solidarias”, pero la solidaridad la ponen los vecinos afectados que reaccionan de inmediato ante la contingencia.

PRIMERA EDICIÓN dialogó con Leandro Amaro (28), propietario del inmueble que desapareció por el fuego: “Un cortocircuito en la entrada de la luz a mi casa fue el inicio del fuego, estábamos desayunando con mi pareja y los chicos atrás en el patio y cuando escuchamos al vecino alertó que salía humo adelante y cuando abrimos la puerta el fuego arrasó todo”.
“Nunca pensé que algo así pasara. Fueron a buscar a los bomberos unos vecinos y les dijeron que no podían mover ningún camión, porque no funcionaban. Avisaron a los bomberos de Villa Cabello y cuando llegaron ya no había más nada”.
También contó: “Mientras tanto luchamos con los vecinos para que el fuego no alcanzara las otras casas. Para peor los cables cayeron sobre los cercos de alambre y la energía seguía corriendo. Una señora casi se electrocuta porque arrojó un balde con agua”.

Ramón Cabral, presidente de la comisión vecinal, sector F, donde se registró el incendio resaltó por su parte: “Acá somos gente pobre, no culpamos a nadie por los incendios, pero ya es el cuarto en menos de un año. Esta mañana estábamos trabajando cortando el pasto en los espacios públicos y tuvimos que socorrer a nuestro vecino que se le quemaba la casa”.
“Lo que molesta es que esta vez tampoco los bomberos de Itaembé Guazú pudieron ayudar porque no les arrancan los camiones o no tienen agua. No queremos quejarnos pero necesitamos contar con ellos para ayudarnos entre todos finalmente”.

Consternado y con el rostro aún sucio por el hollín de las cenizas que removían con varios vecinos y las víctimas del siniestro, Cabral remarcó: “No todo es queja, al menos un funcionario del IPRODHA vino y adelantó que van a construir una casa nueva, eso da un poco más de tranquilidad”.
Pero no esquivó la pregunta sobre las causas de los incendios: “Nuevamente un problema eléctrico quema una casa por completo. También es verdad que debemos los vecinos cuidar más las instalaciones en nuestros hogares, pero ya es el cuarto incendio y cada vez nos cuesta más salir adelante, todo está muy caro, somos pobres y queremos crecer”.
Para ayudar a los damnificados, se puede llamar o contactar al teléfono celular: 3764-255718 (Leandro Amaro) o 3764-874173 (Dina López).