No se consigue frutilla y la que hay está carísima, pero podría subir mucho más según la estimación de los verduleros, quienes afirmaron a PRIMERA EDICIÓN que su costo podría alcanzar $16.000 por kilo.
“La frutilla del postre” de la inflación, ironizó Juan Sanabria histórico verdulero de la zona oeste capitalina.
Por ahora, se la consigue en contados supermercados de la ciudad de Posadas a un valor de $9.600 por kilo, casi $2.000 más de lo que vale un kilo de carne premium, por ejemplo el kilo de la nalga de ternera que está en los $7.200. O de la costilla de ternera, que no llega a $6.000.
La suba se debe a la baja oferta y la alta demanda. En estos momentos está ingresando la producción tucumana, que recién arranca la cosecha de primicias a finales de marzo.
Por otra parte, el producto que llega congelado y fraccionado en bolsas por 400 gramos es más barato, valen $3.500 y se consigue en verdulerías: pero, la cantidad es acotada y se vende todo de inmediato.
No hay producción local
En general, para enfrentar la inflación, las recomendaciones suelen ser “no comprar nada fresco que no sea de estación”. Sin embargo, los consumidores misioneros tienen otro punto en contra: no hay producción local, por lo tanto toda la que entra viene de afuera y siempre es cara.
Los costos para el consumidor recién tienden a bajar cuando la fruta se empieza a “pasar”. Entonces, las opciones para consumirlas son “pagar muy caro” cuando está fuera de temporada o no consumirlas “y aguantar hasta que se empiezan a pudrir en los exhibidores porque no hay bolsillo que pueda soportar semejante suba”, lamentó Simón González histórico vendedor ambulante en las avenidas del microcentro capitalino.
La fruta proveniente del Noroeste Argentino recién comienza a ingresar al mercado misionero, a un costo más o menos accesible para el mes de junio, principalmente con la producción tucumana que arranca la cosecha de primicia a fines de marzo y se extiende hasta fines de noviembre en la zona Pedemonte, mientras que en los valles se extiende desde inicios de septiembre.
Esa provincia tiene dos cosechas, la que se realiza bajo protección que ocurre desde mediados de marzo hasta fin de año (fruta primicia) y la que se produce a campo desde fines de agosto a fines de diciembre (fruta de estación).
La frutilla, al igual que otros productos agrícolas, también puede experimentar aumentos en su precio debido a varios factores, uno de ellos las condiciones climáticas adversas.
Era lo que venía atravesando la zona productiva, que tras pasar varias temporadas, primero de sequías y luego de lluvias excesivas que afectaron la producción y disminuyeron la oferta de frutillas, recién ahora los productores empiezan a acomodarse.
No obstante, la difícil situación económica del país, es otro factor de influencia ya que los costos asociados con el cultivo de frutillas, como los insumos agrícolas, la mano de obra y la energía, aumentaron más del 300% en los últimos meses lo que se tradujo en precios más altos para el consumidor. Si a eso se le agrega el flete e impuestos para traerlos a Misiones, los valores llegan a la góndola con un fuerte ajuste.
Preferencias del consumidor
El precio final de las frutillas es todo un problema para los emprendedores pasteleros y panaderías que se dedican a la elaboración de postres con ese insumo.
“Tratamos de encontrar alternativas cuando no hay y está cara, como ahora, pero hay clientes que te exigen que tengas la fruta, especialmente para tortas de casamientos o tartas de frutas. Lo que llega se agota a los pocos días, hay que tener stock y cuando no es suficiente convencer a la gente que se atreva a cambiar por otros frutos rojos, uvas o arándanos. Pero la frutilla es la frutilla”, contó Zulma Cuevas una maestra pastelera consultada sobre la demanda creciente en estas fechas.
“La oferta puede ser insuficiente para satisfacer la cantidad que se requiere lo que lleva a un aumento en los precios, y esto recién empieza, porque todo está por las nubes. Pronto vamos a poder cocinar solo para reyes”, ironizó la emprendedora.