Desde el viernes 30 de octubre de 2015 la familia de Nicolás “Junior” D’Amico (35), aguarda que los responsables de asesinarlo a golpes y quemarlo respondan ante un tribunal. El distribuidor representante de un frigorífico de la localidad bonaerense de Lobos fue ultimado en un abasto/carnicería de avenida Sarmiento casi ruta 14 de Oberá y su cuerpo fue hallado carbonizado en un automóvil en el acceso a Leandro N. Alem.
Pasaron más de ocho años y entre apelaciones y vencimientos de plazos, los siete acusados recuperaron la libertad, aunque supeditados al llamado a juicio.
El Tribunal Penal de Oberá, Segunda Circunscripción Judicial, fijó esta semana cuatro jornadas y lugar para el inicio del debate: martes 14 y miércoles 15, lunes 20 y martes 21 de mayo en el Palacio de Justicia de Oberá (esquina de las calles Salto Bielakowicz y Salto Zinas). Por la cantidad de acusados, sumado a los defensores y el resto de los integrantes de las partes del debate, se decidió el traslado a una sala más grande que la que posee el Tribunal en calle Maipú y Bolivia.
Los más comprometidos son Diego Ramón Benegas (40) y Jonathan Emanuel Gutiérrez (31), imputados por el delito de “homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía y en concurso premeditado de agentes”.
En tanto que, Gustavo Germán Benegas (36), Gustavo Ramón García (32), Diego Orlando Gutiérrez (33), están acusados de “encubrimiento agravado”. Y Guillermo Andrés Burkiewicz (35) y Guillermo Sebastián Rockenbach (35), deberán responder por “tenencia ilegal de arma de fuego de uso civil y entrega de arma de fuego a quien no acredita la condición de legítimo usuario”.
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La principal hipótesis del crimen gira en torno a una deuda sobre la que Diego Ramón Benegas (dueño del abasto) no quería abonar a “Junior” D’Amico.
El 30 de octubre de 2015 lo citaron a la oficina presuntamente con el ardid de pagar parte de la deuda. Una vez adentro “Junior” fue golpeado con un hierro (una barreta), al menos por los principales acusados, según la declaración de un empleado a quien Benegas le habría contado cómo sucedió el crimen.
Tras asesinarlo, subieron D’Amico a su Volkswagen Bora. Uno de los empleados encabezó el viaje en un Fiat Duna para avisar si había controles en la ruta 14. Benegas, el empleado de confianza y un aspirante de prefectura fueron los que se dirigieron hasta paraje El Chatón, en Alem. En el frigorífico quedaron los otros empleados limpiando la sangre de “Junior”.
Según el expediente, en la entrada a una plantación de té Diego Benegas fue quien roció el cuerpo y el automóvil y lo encendió.
Diego Benegas habría dicho que asesinó a “D’Amico porque lo amenazó con matar a su familia si no saldaba la deuda”, de 350 mil pesos.
“Crimen abyecto y por codicia”
“La querella tiene fuertes expectativas en que los autores materiales del asesinato de Nicolás D’Amico reciban la máxima condena establecida, con las respectivas accesorias legales. Buscamos la prisión perpetua para los hermanos Diego y Gustavo Benegas y Jonathan Gutiérrez, como los autores directos y el monto más alto además para los encubridores o partícipes secundarios”.
Lo adelantó ayer a PRIMERA EDICIÓN, Claudio Oscar Katiz, abogado y representante legal de Ángela Elvira Siri, Victoria de los Ángeles D’Amico y María Alejandra Abrantes, madre, hermana y viuda de “Junior” D’Amico. Remarcó también que “pese al tiempo transcurrido no perdimos la confianza en el Tribunal, confiamos que se esclarecerá el crimen, como desde el inicio del expediente lo dijimos y lo definimos: un homicidio abyecto, hediondo y por codicia”.