La obesidad es una enfermedad. El aumento del sedentarismo y la comida envasada con sustancias que promueven su consumo está siendo considerada la gran epidemia silenciosa de este siglo, de a poco surgen los gramos que se van acumulando.
En la magia de lo rápido es buscada de diferentes formas y aparece una nueva propuesta de tratamiento los GPL1.
Originariamente fue una droga para diabetes tipo 2 que tuvo muy buenos resultados, pero en dosis tres veces más altas se la utiliza para tratamientos de obesidad.
Entre otros beneficios es que produce el retraso gástrico generando, dando saciedad por mayor tiempo, efecto que se traduce a nivel del sistema nervioso. El GLP1 actúa sobre el estómago, pero tiene acciones fisiológicas sobre múltiples órganos: aumenta la secreción de insulina estimulada por glucosa en las células beta pancreáticas, reduce la secreción de glucagón por las células α, mejora la sensibilidad a la insulina y reduce la ingesta de alimentos.
La aprobación del receptor GLP1 semaglutida para la regulación del peso en enero de 2023 marcó el comienzo de una nueva era en la terapia de la obesidad. Sin embargo, “cuando millones de personas son tratadas aparecen efectos secundarios raros, en una gran cantidad de personas”, dijo Susan Yanovski, del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales, en Bethesda, Maryland.
A pesar de la baja incidencia de estos eventos adversos y la probabilidad de que los beneficios superen estos riesgos en personas con obesidad grave, los médicos y pacientes deben ser conscientes de estos efectos secundarios graves, añadió.
Los agonistas del receptor de GLP 1, como la semaglutida o la liraglutida, imitan ciertas hormonas intestinales. Casi todos sus efectos secundarios característicos afectan al tracto gastrointestinal: náuseas, vómitos, estreñimiento y diarrea. Sin embargo, estos no son los efectos secundarios raros y graves que están atrayendo cada vez más atención.
Los resultados a los 6 meses pueden llegar a reducir hasta 8 al 12 por ciento del peso en personas mayores de 50 años y luego del año se visualizan los mayores efectos colaterales.
Los efectos rebotes al dejar el medicamento se dan a partir de los tres primeros meses.
El equipo interdisciplinario que acompaña el tratamiento de la obesidad es fundamental. Se deben cambiar hábitos como el sedentarismo, aumentar la ingesta de agua. Acompañamiento psicológico o a veces con ingesta de neurotransmisores indicados por psiquiatras.
Nutricionistas con planes alimentarios también, el buen descanso, la distracción y mantenimiento de la motivación. Todo esto es lo mejor para el tratamiento interdisciplinario. Es que la obesidad debe ser tratada en equipo porque siempre es la mejor opción. Fijar metas accesibles y saludables.
Feliz y bendecido domingo.
Dra. Marcela Campias Whatapp: 3764413607 –
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