En los últimos días en el país se volvió a reactivar la discusión para bajar la edad de imputabilidad. Tomando ejemplo a otros países, como Uruguay y Brasil, fue la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien apuntó hacia el debate de modificar las leyes para que ingresen al sistema menores de 12 a 13 años que cometan algún delito.
Sin embargo, profesionales y centros especializados aseguran que lo principal es un abordaje integral de la problemática, donde se tenga en cuenta el contexto familiar, la vulnerabilidad e incluso el consumo de sustancias.
En materia de abordaje, la psicóloga especialista en niñez y adolescencia, Natalia Pino Roldán, contó a PRIMERA EDICIÓN que el enfoque de institucionalizarlos “está comprobado que no funcionó, sino que empeoró el destino de estos niños y niñas”. Por ello, recordó además que existe una Ley de Protección Integral para las infancias (Ley 26061/2005).
Como parte fundamental para el cuidado de un niño, haya delinquido o no, resaltó que “debe estar con una familia que lo quiera y lo contenga”. Para los casos extremos, donde la familia no puede hacerse cargo existe un programa de familias de acogida. En cuanto a su comportamiento, la psicóloga precisó que es todo más complejo, porque “un niño o niña, que llega a delinquir, intentar matar o intentar abusar sexualmente o lo hace es porque ha sufrido esas violencias en carne propia”.
Sobre la alternativa de sentenciarlos y trasladarlos a instituciones, Pino Roldán aseguró que “sabemos por múltiples estudios que eso intensifica las conductas delictivas”.
Para lidiar con chicos “problemáticos”, o que incluso han cometido delitos, aseguró que puede trabajarse hasta la adolescencia en incentivar medidas “que impacten de manera positiva en su desarrollo psicológico y que eso impacte en el cambio de su conducta”.
En el contexto político y económico actual, con numerosas políticas y programas de cuidado en la infancia que se han suspendido en la Argentina, la psicóloga compartió la frase: “En cada imposibilidad de educar a un niño se evidencia el fracaso del Estado”.
Desde su especialidad, afirmó que en el desarrollo de un ser humano “los primeros años de vida son fundamentales, en cuanto a la nutrición y el sostén emocional que le pueda dar el contexto familiar”. Lamentablemente, en la sociedad existen familias disfuncionales, donde la mujer es víctima de violencia y no cuenta con las herramientas necesarias para el cuidado de un niño.
Ante la falta de recursos básicos, a los cuales sí acceden otras personas, hay familias en estado de supervivencia: “Se va configurando un niño que considera que el mundo es hostil, que solo debe atacar y defenderse”, relató. Al no encontrar la contención en el entorno familiar, resaltó que “le corresponde a la sociedad, el entorno escolar y a las políticas públicas brindar herramientas para que de alguna manera se equilibre esa cuestión”.
Para generar un cambio en estos menores, aclaró que “debe darse en todo su entorno, comenzar con mirarlo de manera amorosa y poder confiar en esa persona que no ha podido adaptarse a las reglas sociales, legales o que ha dañado a otro”. No obstante, señaló que en la sociedad persiste “una mirada prejuiciosa y de descartes hacia estas niñeces y adolescencias”.
El abordaje en la provincia
Para tratar con estos menores, Misiones puso en funcionamiento los Centros Modelo de Asistencia y Seguimiento para niños, niñas y adolescentes en conflicto con la Ley Penal (CeMoAS). En estos espacios, gestionados desde el Ministerio de Gobierno junto con Prevención de Adicciones y Control de Drogas, el objetivo es brindar un abordaje integral a los chicos que llegan por un período corto de tiempo, hasta ser devueltos a sus familias o trasladados a otras instituciones.
El alcaide del CeMoAS de Posadas, Cristian Ortiz, contó a PRIMERA EDICIÓN que en lo que va del año “hemos abordado aproximadamente 50 casos”. Aclaró que según lo establece la Ley “están entre 24 a 72 horas y mayormente son revinculados con sus familias”.
En cuanto a estos chicos, señaló que “la franja etaria ronda entre los 14 a 17 años, pero hemos tenido chicos de menor edad, de 13 años y anteriormente ha llegado hasta el centro un niño de 9 años, la edad más baja con la cual hemos trabajado”.
Aseguró que la reincidencia es baja, aunque “tenemos chicos que han pasado en varias oportunidades por el CeMoAS y con ellos se realiza un seguimiento que dura seis meses, donde el equipo profesional trabaja con la familia o referente”.
Acerca de las situaciones, aseguró que “hay un gran índice de consumo problemático en los niños y adolescentes”. En el diálogo con los chicos, “muchas veces el hecho delictivo que cometió es para obtener recursos para volver a comprar algún tipo de sustancias”.
A su vez, “esto viene de una problemática de base, la familia”, agregó. Por ello, remarcó que es fundamental “el trabajo con las familias o con los referentes afectivos del chico”.
Coincidió además que tampoco es una solución simplemente bajar la edad de imputabilidad. En ello, Ortiz destacó que, con la creación de los centros en la provincia, “tenemos un Estado presente, que aborda esta problemática y eso es muy importante para todos los misioneros”.
La problemática del consumo y la falta de contención
Sobre el norte misionero, el alcaide del CeMoAS de Eldorado, Fabián Larramendia, indicó a este Diario que “hasta el día de la fecha hemos tenido 17 niños con estadía”. Por su ubicación geográfica, además de los chicos de Eldorado contó que recibieron “casos de Iguazú, Andresito, San Pedro, San Antonio, Puerto Rico y Garuhapé”.
En la población, “fueron todos niños, desde los 14 a 17 años” y compartió que “es una cuestión social, donde el consumo de sustancias o el mismo vínculo familiar en el que se encuentran estos menores conllevan a diferentes situaciones”. A todo esto, también se suma “la falta de contención de estos niños y para eso están estos centros, donde debemos realizar ese primer abordaje para restituir los derechos que en ciertas ocasiones les son vulnerados a estos chicos”.
En esto, Larramendia relató que el abordaje “cuenta con distintos profesionales, ya sea psicólogos, trabajador social y el mismo personal que se comunica con la familia para evaluar el contexto en que se encuentra cada uno”. Asimismo, aseguró que “en el caso de tener algún consumo problemático de sustancias, se pide intervención a la coordinadora del SEDRONAR para realizar un abordaje paralelo”.
Tal como sucede en los otros espacios, la cantidad de casos de menores en conflictos con la ley condujo a la necesidad de la apertura de otro CeMoAS ubicado en la zona centro de la provincia. En esta ocasión, nos referimos al segundo inaugurado en Misiones y ubicado en Oberá, donde también se encargaron de albergar chicos provenientes de áreas aledañas como Alvear, Panambí, 25 de Mayo, entre otras localidades.
Como se evidenció en los demás centros, Oberá se sumó a la red de contención para estos menores que rondaron las edades de entre 14 a 17 años, llegando a toparse con un caso de un menor de 8 años, de acuerdo a los últimos datos brindados a PRIMERA EDICIÓN en diciembre del 2023. En esa ocasión, además las autoridades mencionaron que las situaciones delictivas suelen estar relacionadas con problemáticas de consumo.