Hace algunos días se conoció que el hombre que sobrevivió al ataque a tiros en el que murió su hijo Hugo Sebastián Goncalves (25), había sido dado de alta, mientras que el patrón y el capataz seguían detenidos por ese hecho.
Este fin de semana trascendió que al mayor de estos dos sospechosos -el patrón- le dieron el beneficio de la prisión domiciliaria.
Según pudo saber este Diario, el hombre de 74 años volvió a su domicilio del barrio Industrial de Andresito, luego que el juez de Instrucción 3 de Puerto Iguazú Martín Brites, analizara el pedido del defensor. Tras la opinión en el mismo sentido de la Fiscalía, le fue concedida la libertad circunscripta a esa vivienda y en cumplimiento de determinadas obligaciones.
Fue determinante en esta decisión los problemas de salud del implicado, de diversa índole y de vieja data, que fueron certificados con estudios médicos pertinentes para que se le dictara la medida.
Paralelamente continúa la investigación en la que debe determinarse el rol de cada uno de ellos en lo que en principio se cree que fue una emboscada a padre e hijo en la chacra de Paraje Cabure-í.
Tal como publicó PRIMERA EDICIÓN días atrás, el padre de la víctima fatal que estuvo internado durante poco más de un mes en el hospital SAMIC de Eldorado, le fue dada el alta luego que pudiera evolucionar de sus lesiones a causa de los perdigones por disparo de escopeta. En principio se hablaba que tenía comprometida la visión de un ojo.
Las fuentes consultadas indicaron que aún le restaba un tiempo para poder recuperarse. Tenía dificultades para expresarse, solo balbuceaba. Su testimonio ante las autoridades era esperado para que pueda describir quién o quiénes los atacaron aquella tarde del domingo 3 de marzo.
Más allá de ello, la investigación marcaba que había indicios conducentes para sospechar que el patrón y el capataz idearon y ejecutaron la agresión.
Respecto a los antecedentes del dueño de la chacra, ya había pruebas acerca de su temperamento. Déficit en el control de emociones y necesidad de descarga directa de las mismas. Esto se supo a través de una pericia psicológica en una causa anterior en la que el hombre fue denunciado por su hijo por episodios de violencia, amenazas de muerte y de hacerlo desaparecer.
Por la muerte de Hugo Goncalves, el patrón y el capataz se negaron a declarar cuando los llevaron a indagatoria ante el juez.
Se encuentran imputados por el delito de “homicidio simple y homicidio en grado de tentativa, ambos calificados por el uso de armas de fuego, todo en concurso real con tenencia ilegal de armas”.
Entre Goncalves padre y el patrón hubo distanciamiento tiempo atrás por un supuesto robo de tabaco. Pero en los últimos tiempos habían vuelto a mantener relación laboral, juntamente con el hijo, quien resultaría asesinado.
Una joven de 21 años y pareja de la víctima fatal escuchó un disparo esa tarde. Minutos después vio pasar al patrón hacia el fondo de la chacra donde estaban su novio y su suegro. Cuando este regresó le dijo que había encontrados dos cuerpos.
El capataz la llevó a verlos pero de lejos y luego la acompañó para que solamente ella entrara a la comisaría para avisar lo sucedido.