Gracias Señor al repetir tu perfección
en tu magnífica Creación,
porque me has dado ojos para ver
lo que otros necesitan creer
y aunque poderosos intenten mi visión tapar,
te encuentro en lo simple para a Ti amar.
Te veo en el macrocosmos
en lo micro y en la perfección que somos.
Te veo en los milagros de las coincidencias
y la corroboración que da la ocultada ciencia.
Te veo en las estrellas y sus movimientos
y en mi ADN en espiral, que es conocimiento.
Te veo en la naturaleza y en mis hermanos
haciéndome ser un verdadero humano.
El Nobel Petrovich recibió el premio, probó que el ADN es una Internet biológica, un almacenamiento de datos, sigue las reglas de todos los idiomas del mundo.
Los cromosomas vivos funcionan como computadoras solitónicas holográficas.
Usando radiaciones láser en el ADN endógeno le insertaron patrones de frecuencia.
En el tejido vivo la vibración del ADN reacciona a la frecuencia de la lengua, ya que las palabras imitan una frecuencia vibratoria, ya que la estructura de los pares alcalinos del ADN y el lenguaje son los mismos, por esto la hipnosis tiene un gran efecto.
Con frecuencias de radio modulada y de luz repararon el metabolismo celular y defectos genéticos (frecuencias de sonido y lenguaje) en lugar del procedimiento de corte convencional, esto supone una revolución genética. Con este método reprogramó un genoma transformando embriones de rana en salamandras.
Descubrió que un ADN en vacío produce agujeros de gusano magnetizados, equivalentes microscópicos de los agujeros negros, por lo que a través de ellos se podría transmitir información fuera del espacio/tiempo, esto sería la intuición.
Estrés o intelecto hiperactivo interfieren desconectándonos. Antiguamente estábamos conectados con todo.
Ahora podemos conectarnos conscientemente y desarrollar telepatía, percepción remota, curación, influir en el clima y parar la manipulación, nos sanaríamos con palabras y frecuencias de sonido.
Graciela del Carmen Zaimakis de Abraham
Escritora/ Escuela de Pensamiento
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