Su rostro en la portada de la influyente revista Times fue uno de los puntos más altos en lo que va de su presidencia. A Javier Milei le gustan más los escenarios internacionales que los locales.
Hasta su visita a Córdoba ayer, llevaba cinco viajes al exterior y la misma cantidad al interior de Argentina. Sabe el mandatario que los ojos del mundo conservador lo observan atentamente como fenómeno en evolución y apuestan a un efecto expansivo hacia otras latitudes.
Pero para que suceda, primero las cosas deben salir bien en Argentina y para ello todavía hace falta que el Presidente comience a torcer la inercia de la crisis.
La inflación, su descenso, es una victoria realmente pírrica si se contrasta con lo que explica ese fenómeno (desplome del consumo en todos los rubros por progresiva pérdida del poder adquisitivo).
En palabras de Hernán de Goñi, director periodístico de El Cronista, “Milei busca rating global, pero sin hacerse cargo de su impacto local”. “No toma en cuenta que su voz es la del Presidente en ejercicio y no la del economista irreverente”, añade.
Por el momento el libertario entretiene al concierto de naciones y genera expectativas, pero si no comienza a resolver los problemas en su país, se quedará sin algo que mostrar más que “panic show”.