A pesar del frío reinante durante toda la jornada, una gran cantidad de público dio marco a la segunda edición de la Fiesta de la Sopa Paraguaya, que se realizó este sábado 25 de mayo en el Predio Ferial y Cultural Puerto Rico, ubicado sobre la avenida José Alejo Rauber.
El encuentro, organizado por el Centro Social y Cultural Paraguayo y el Club Atlético Nazareno, contó con el apoyo de las direcciones de Cultura y de Prensa de la Municipalidad local y fue declarada de interés por el Concejo Deliberante.
Este año fueron 27 los elaboradores de sopa paraguaya que ofrecieron, además de su versión de este popular y tradicional plato, otras exquisiteces de la gastronomía típica regional como caburé, chipa, mbejú, chipa soó, empanadas, torta frita y algunas más, que fueron bien recibidas por el público que pudo saborearlas.
En la ocasión se efectuó además la presentación oficial del grupo de adultos mayores del Centro Paraguayo y la escritora e historiadora Leonor Kuhn volvió a dar detalles de su libro “Presencia Paraguaya en Puerto Rico y zonas vecinas”, obra en la que rescata los registros oficiales de los inmigrantes llegados a esta localidad entre 1927 y 1960, además de exponer una serie de historias personales de aquellas personas cuyos descendientes hoy conforman un nutrido sector de la comunidad.
La parte artística también estuvo presente, a través de la música y la danza, con las actuaciones del ballet municipal de El Alcázar; el reconocido arpista Genaro Ramírez, acompañado por Cacho Leguizamon en guitarra; el dúo de arpas Melgarejo-Del Río con Liliana Lezcano en voz y guitarra y la aplaudida participación del ballet municipal Cuña Pora Jeroky de Puerto Rico. El cierre fue a puro baile con la actuación del grupo musical Los Gales.

Al igual que en la edición anterior, el público pudo elegir con su voto la Sopa Paraguaya más rica, resultando ganadora del primer premio Angélica Rodríguez de Colonia San Alberto y el segundo premio correspondió a Lorena Andino del barrio Rural.
Los organizadores manifestaron que el desafío por delante es ajustar los detalles y errores de organización que se pudieron cometer y pensar en variantes que mejoren el nivel de la próxima edición para consolidar a esta fiesta como un evento propio, original y distintivo de Puerto Rico.