La falta de certezas sobre la resolución por el nuevo cuadro tarifario para el gas el garrafa, mientras los costos de las fraccionadoras siguen aumentando, derivó en la aplicación de un ajuste de hasta 30,7% en el precio del gas que llevó la garrafa de 10 kilos, de $6.500 a $8.500 en depósito.
Consultado al respecto el titular de Miscoopgas, Omar Cabral, también declaró que siguen las expectativas sobre las definiciones sobre la nueva resolución de precios y mientras tanto las fraccionadoras afirman que no pueden seguir trabajando a pérdida y “se aplicó este ajuste para compensar un poco”. En el caso de las cooperativas, el ajuste aplicado desde la semana pasada hasta este martes era de 14%, bastantes puntos más arriba de la inflación de abril.
Lo que piden retocar las fraccionadoras es 65%, para equiparar valores con la inflación acumulada.
En esa misma sintonía, el presidente de la Cámara de Empresas Argentinas de Gas Licuado, Pedro Cascales dijo a PRIMERA EDICIÓN que están a la expectativa de la revisión de valores que tiene que llevar adelante la Secretaría de Energía de la Nación, que estiman será en junio, porque su vigencia caducó en abril.
Pero, anticipando esa revisión las compañías que fraccionan y distribuyen el gas ya aplicaron un ajuste propio, bastante dispar que oscila entre el 14% y un máximo de 30,7% según un relevamiento informal de este Diario, donde el precio pasó de $10.000 a $13.000 en Apóstoles y $.7.500 a $8.500 en la CELO de Oberá.
El aumento que aplicó el Gobierno libertario y que está vigente actualmente se aplicó en enero con un acuerdo que se publicó en el Boletín Oficial más de un mes después. Desde entonces no han existido otras autorizaciones y ahora surgió este acuerdo (implícito) entre empresas para aplicar la suba, a la espera de la revisión estatal. Mientras tanto, los beneficiarios del Programa Hogar deberán absorber el incremento sin que todavía se reestructure la ayuda, la cual quedará desfasada por la inflación acumulada desde enero.
“Entendemos que cuando se revise el cuadro se ajustará el monto de esa ayuda”, acotó Cascales.
En la actualidad, la ayuda percibida por ese concepto, por aquellas familias que cumplen los requisitos asciende a $2.246, es decir apenas un 26% del valor de la garrafa.
El titular de CEGLA señaló, por otra parte que como lo que esta en vigencia son “precios de referencia” y no tope máximo, las empresas cuentan con una “autorización implícita” de poner el valor que estimen es el mejor para competir.
Lejos del conflicto por la falta de gas natural licuado
El problema de abastecimiento de gas natural licuado que afecta a gran parte del país, que se podría haber atenuado si se hubiera terminado la primera fase del Gasoducto Néstor Kirchner no afecta a la provincia que no depende de ese servicio.
Tampoco debería haber problema con la provisión de garrafas a decir del presidente de la Cámara de Empresas Argentinas de Gas Licuado porque las plantas no tienen ningún inconvenientes para fraccionar.
Lo que podría ocurrir, y está pasando en un contexto de ola polar en pleno otoño es un aumento en la demanda y en el precio.
“La distribución de Gas Natural (red) a diferencia del GLP (garrafas) es absolutamente distinta. El faltante que tiene la población argentina que tiene distribución natural tiene que ver con la limitación de la capacidad del caño del gasoducto que llega a las distribuidoras. Falta infraestructura para llevar ese gas cuando el consumo se dispara. La diferencia con las garrafas es que estas se reponen con la carga y su transporte es en camiones, por lo tanto no hay posibilidad que falte porque tenemos producción con superávit”, remarcó Pedro Cascales desde CEGLA.
Quien recordó: “La única vez que tuvimos una situación crítica y también faltantes ocurrió cuando no había gasoil porque el producto se destinaba a la cosecha gruesa y no había forma de cargar los camiones con gasoil para que llegue el gas, en especial a las provincias de norte, que son las más alejadas, y donde el precio del flete también es mayor por esa causa”, finalizó.
Según Cascales, el aumento del combustible también fue la razón para aplicar el ajuste en el valor final para las garrafas en el norte del país.