En una jornada de mucha alegría y participativa, la Diócesis de Posadas conmemoró ayer la Solemnidad de Corpus Christi, que tuvo su epicentro en el anfiteatro Manuel Antonio Ramírez, donde millares de jóvenes de distintas parroquias y establecimientos educativos se dieron cita en una gran demostración de fe. Posterior a la misa, se concretó la procesión por las calles capitalinas llevando el Santísimo Sacramento hasta la Catedral San José, en la plaza 9 de Julio, donde se realizó la bendición de los presentes.
La jornada sabatina arrancó en las primeras horas de la siesta, con las tribunas del anfiteatro repletas y los asistentes con colores alusivos a la celebración que se cumplió bajó el lema “Te Reconocemos al partir el Pan”.
Los sacerdotes de todas las parroquias que conforman la Diócesis de Posadas dijeron presente y participaron de la única misa que se ofreció en la víspera en la capital provincial.
En la antesala de la misa, el padre Carlos Viera, de la parroquia Inmaculada Concepción, reflexionó y dijo a PRIMERA EDICIÓN que “el Corpus Christi representa para los católicos el centro y fundamento de nuestra fe. El inicio y el final de toda nuestra actividad pastoral y de nuestra espiritualidad. Para nosotros representa la fuerza, la alegría y el saber que Dios siempre está en la Eucaristía, que es el fundamento de la iglesia”.
Agregó que “si no tenemos fe, la alegría se nos muere. Por eso en las virtudes teologales tenemos la fe, la esperanza y el amor, que la encontramos en la Eucaristía y más en momentos difíciles como los que vivimos hoy”.
Además de una mayoría de jóvenes, también se observó un importante acompañamiento de los padres, catequistas y docentes, quienes se sumaron a la celebración.
El sacerdote de la parroquia San Antonio, Víctor Benítez, aportó que “esta fecha tan especial representa la entrega de Jesucristo que se queda en el pan y en el vino, en esa forma tan especial para los cristianos significa el cuerpo de Cristo y que para nuestra vida es el sacramento más central, que nos da fuerza, nos transmite la fortaleza de comunión que tiene la iglesia”.
En su sermón, el obispo de Posadas, Juan Rubén Martínez, resaltó que “lo mejor que podemos generar hoy es una cultura donde el otro exista. Porque hoy cada vez más hay una cultura que se va haciendo individualista donde todo se compra y vende y las personas solo son número, un objeto”.
Agregó que “debemos potenciar la Eucaristía, que rompe con tantas formas de individualismo que va generando cada vez más distintos tipos de grietas donde los que tienen más son menos y se apoderan con avaricia de tanto que están cada vez más pobres los pobres. Esta grieta no acepta ni cortes ni paredes, solo se puede corregir tendiendo puentes, desde el amor, considerando al otro, dialogando con el otro, entonces es allí donde podremos lograr verdaderos consensos que se fundamenten en la solidaridad”.