Dos personas en un cuerpo, dos conciencias en un cuerpo, ¿quién sos, el bueno o el malo?
El que te ayuda o te critica, el que te da consejos, te alienta e impulsa a ir hacia adelante o el que tiene miedo y te dice que no salgas de tu zona de confort.
¿Quién sos?, ¿Sos afuera el mismo que adentro? ¿Te manifestás en el mundo objetivo de la misma manera que habitas tu mundo subjetivo?, ¿Te mostrás tal y cual sos, o escondes una parte por miedo, por vergüenza?
Sos afuera grande y adentro pequeño o pequeño dentro y afuera te mostrás como arrogante, con un aire de superioridad.
Así somos, no hay muchas variables y combinaciones, es casi que una ecuación matemática.
Como es adentro es afuera y cada vez utilizando más la vertical en nosotros, y cada vez invocando, alineando, meditando, observando y aplicando los altos valores, los altos ideales, las virtudes y enseñanzas trascendentales. Podemos alinearnos en un todo mayor, por arriba de nuestras pequeñeces y de esa forma generar un triángulo equilátero donde la punta siempre se va a encontrar en el punto más alto de nuestras diferencias terrenales.
La actitud siempre nos va a marcar la altitud, entonces cuanto más pequeña sea la brecha, cuanto menor distancia se encuentre entre nuestro interno y lo externo, entre lo que consideramos bueno y malo, entre los gustos y aversiones. Cuanto más neutrales podamos ser, más alto será el punto de conciencia que podamos alcanzar.
Por eso, cultiva la buena voluntad en acción, el amor en acción.
Cultiva los buenos hábitos, el buen decir, la cooperación, el mirar al otro con respeto porque todo lo que veas afuera en definitiva es tu propio interno proyectado. Es tu imagen en el otro lo que ves reflejada afuera así que cuanto más corta sea la distancia, más alto podrás llegar. Nada está afuera, todo está adentro.
Patricia Couceiro
Máster en Constelaciones
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