En los últimos meses, el precio de la harina ha experimentado un ascenso vertiginoso, generando un impacto devastador en el sector de panaderías en toda la provincia. En paralelo, la constante suba de los costos de producción y con ventas que no se han colocado al mismo nivel, ha llevado al cierre los primeros establecimientos, en Alem y Eldorado, dejando a varios trabajadores sin empleo e incertidumbre de lo que pueda ocurrir en el sector.
“La misma crisis también lleva a los trabajadores a querer rebuscarse, porque se quedaron sin empleo formal o porque quieren sumar un extra con un microemprendimiento y abren sus pequeñas panaderías, que suelen no estar registradas. Eso por un lado, por otro lado empieza a haber cierres de panaderías, nosotros como gremio intervenimos en dos, a cuyos empleados acompañamos en el proceso para que cobren su indemnización”, dijo a PRIMERA EDICIÓN la secretaria general del Sindicato Panadero de Misiones, María Villalba.
La dirigente gremial acotó que pese a lo desagradable que es para una persona quedarse sin trabajo en un contexto de crisis como el actual, por ahora, quienes debieron ser despedidos por los cierres, tenían otros empleos, y por lo tanto no se sienten los efectos de tener en la calle a los exempleados.
“Quienes no tenían otra salida, que fueron debidamente indemnizados, todavía están en la búsqueda. Tuve una pequeña charla con el vicepresidente del Centro de Industriales Panaderos de Misiones, quien me expresó su preocupación por las fuertes subas que están afrontando, el flete que aumentó 50% y la harina que volvió a subir, por lo que se está previendo que los aumentos en los precios van a ir ocurriendo”, remarcó la sindicalista.
De las aproximadamente 400 panaderías registradas en la provincia, alrededor de 150 se encuentran inscriptas en el Ahora Pan, que ofrece una subvención en el costo de la energía, que no llega a quienes están fuera del programa. De todas formas, incluso quienes tienen el beneficio han recibido abultadas facturas de luz y todavía no tienen el impacto de la nueva tarifa.
“Es una ayuda importante, que sirve para bajar los costos, pero para acceder se requiere documentación al día y no son la mayoría los que acceden. Además, se firmaron acuerdos paritarios prontos a ser homologados y ese es otro incremento de costos en la mano de obra; ni hablar que los calores intensos que tuvimos hasta hace poco tiran abajo las ventas”, finalizó la mujer quien manifestó su expectativa por los días más frescos porque se cree que van a remontar las ventas.
“No somos ajenos”
Consultado por los efectos de la suba de costos y la baja en el consumo, el vicepresidente del Centro de Industriales Panaderos de Misiones, Omar Acosta refirió que su sector “no está ajeno a lo que está pasando con los grandes mayoristas como Changomas, Diarco o la fábrica de neumáticos Fate, que está prescindiendo de personal”.
El cierre de panaderías no solo tiene implicaciones económicas, sino también sociales. Su desaparición, mucho más en pueblos del interior deja un vacío difícil de llenar en la vida cotidiana de las personas.
“No hay plata en el bolsillo de la gente”
La frase no está hecha y tampoco es la broma fácil de los tiempos violentos que corren: “No hay plata en el bolsillo de la gente”, lo dicen permanentemente los empresarios de todos los rubros quienes ven desplomarse las ventas a diario.
“El consumo en general está bajando de una forma escandalosa, desde la carne a lo que se te ocurra. Lo que pasa es que no hay plata en el bolsillo de la gente. ¿Quién es el consumidor?: los empleados y si el empleado no tiene efectivo, no puede gastar. Es complicado”, reconoció el empresario.
“Con todo este panorama nosotros a diario palpamos el recorte que hacen nuestros clientes, el que antes me compraba un kilo de pan, ahora me pide dos pancitos por 100 pesos. Eso no existía antes”.
Acosta explicó, entre otras cosas, que las facturas de la luz están subvencionadas hasta cierto consumo y una vez que se traspasa, la cifra se agiganta, por lo tanto en algunos casos hay panaderías que pasaron de un millón de pesos de facturación a más de tres millones, aún estando subsidiadas.
“Cuando los formadores de precios calcularon que el dólar se iba a ubicar en los 2.000 pesos, se les fue la mano con las subas, y está costando que bajen. El Gobierno nacional debería intervenir en algunos mercados, como el del trigo, que ahora por el faltante en Brasil y Estados Unidos se va a exportar, pero nos va a faltar en el mercado interno y eso empuja la suba de precios porque no hay un respeto y protección del mercado interno, por lo tanto va a subir la harina y todos los argentinos vamos a pagar el pato”, adjetivó Acosta.
El integrante ejecutivo del Centro de Industriales Panaderos, también pidió que los subsidios de harina lleguen de forma pareja y que progresivamente se vayan volviendo lo más federal posible.
Por último, aseguró que por ahora, por lo menos en Posadas, sus colegas aunque no están tomando personal, tampoco están procediendo a despedir mientras “se aguanta” que pase la tormenta económica.