Hace cuatro años y medio ocurrió un asesinato en Puerto Iguazú y por el cual aún no fue juzgado su autor. El crimen se dio entre ciudadanos paraguayos y si bien fue aprehendido el presunto responsable en Paraguay, ese país nunca habilitó la extradición del mismo.
Fuentes consultadas por este Diario indicaron que una vez que se tuvo conocimiento de la aprehensión del sospechoso, ocurrida un año después del crimen de Diego Ruiz Díaz Sánchez (27), fue requerido que fuera extraditado a Argentina para que sea indagado por el homicidio.
Pasaron los años y esto nunca fue contestado por las autoridades del país vecino. Con el tiempo excesivo transcurrido, iban a requerir a Cancillería que insista con el traslado a nuestro país de “Pampi”, acerca de quien no se sabe si continúa detenido.
Su aprehensión había ocurrido en diciembre de 2020, por otros delitos cometidos en su país. Es por ello que se desconoce si aún permanece en custodia de la justicia paraguaya. De no estar en esa condición, habrá que aguardar a que lo ubiquen para su posterior traslado a nuestro país.
El caso en cuestión ocurrió en el barrio Las Palmeras de Puerto Iguazú, el 21 de diciembre de 2019. Aproximadamente a las 22.30 un sereno de una empresa constructora escuchó disparos, por lo cual alertó a la policía. Efectivos de la seccional Cuarta recorrieron la zona y encontraron a dos personas tiradas al costado de la calle. Ambos tenían heridas de arma de fuego y uno de ellos abrazaba al otro que gemía de dolor. Se trataba de José Mariano y Diego Ruíz Díaz Sánchez, dos hermanos de nacionalidad paraguaya.
Los dos fueron trasladados al hospital Marta Schwarz pero Diego no resistió las lesiones gravísimas en el cuello y en la sien, por disparos ejecutados a corta distancia. En tanto, José también tuvo un disparo en el cuello y otro en la espalda. Quedó internado en terapia intensiva y lograron salvarle la vida.
Según se conoció del relato de José Mariano, estaban en compañía de “Pampi” y los tres se subieron a su motocicleta para ir en dirección a un bar a compartir unos tragos.
Los hermanos le pidieron que se detuviera para orinar y cuando estaban de espaldas “Pampi” los atacó a tiros, para luego escapar de allí.
Un testigo señaló que por esas horas había visto pasar a “Pampi” con su motocicleta en dirección hacia el río Paraná. Le llamó la atención que lo saludó pero no le hizo caso.
El sospechoso del crimen alquilaba un departamento en Iguazú junto a su hermano, que ese día estaba en la localidad de Wanda.
Por aquellos días los investigadores supieron que el sindicado como autor habría logrado que sus víctimas cruzaran hacia el lado argentino para atacarlos y así él huir hacia su país. Las hipótesis que se manejaban fue que se trató de un ajuste de cuentas por “delitos de frontera”.