La “falta de tiempo” es un estado mental, es cuando estás convencido de no tener tiempo suficiente para “¡nada!”. Pero quizás sentimos que “perdimos tiempo” porque preferimos otro tipo de actividades, o lo usamos como excusa para no ir a algún lugar, no realizar eso que no queremos. Desde ya esta manera de mentir termina en tu subconsciente siendo para el cerebro una verdad porque el subconsciente no distingue lo real de lo imaginario, y no responde al espacio tiempo, cree que todo está ocurriendo ahora.
Llegar a una edad avanzada y sentirse frustrados, resentidos, enojados, tristes o deprimidos, victimizándose por “no haber hecho algo que supuestamente querían hacer pero que no lo hicieron por…” y acá van los hijos, la pareja, la madre, la vecina, el jefe y seguimos. Estas personas están perdiendo el tiempo lamentándose y no está bien ni mal, si les funciona seguirán así, pero si no les funciona pueden cambiar.
La organización y gestión de nuestro tiempo es una tarea súper divertida y placentera porque es para nosotros y nadie más. ¿Qué tenemos que tener en cuenta? Prioridades. Nada más fácil y simple que eso. Poder definir nuestras prioridades para este día ya estamos definiendo nuestra vida, nuestra manera de disfrutar de nuestro tiempo. ¿Cuánto tiempo? La respuesta sería la del Conejo de Alicia en el País de las Maravillas: “a veces puede ser un segundo”.
Mark Twain dijo: “Para cambiar tu vida, necesitas cambiar tus prioridades”.
De los errores más repetidos
Pensar que no tengo tiempo es una pérdida de tiempo. Repetir no tengo tiempo es una forma de asegurarte el no tener tiempo. Por qué muchas personas llegan a una edad y dicen: “perdí mi tiempo”, porque lo que hicieron no fue algo que deseaban sino que lo hicieron para quedar bien con otros, porque se sentían obligados, porque no tenían ganas de pensar otra posibilidad, y otros porqués.
Arrepentirse de lo que no se hizo también es una pérdida de tiempo porque mientras usas tu mente en pensar en lo que pudiste haber hecho y no lo hiciste, está ocupando tiempo mental que puede ser usado para crear nuevas posibilidades.
Hay algo que sí podemos hacer y es desterrar la palabra tiempo de nuestro vocabulario si es que nos está fastidiando la vida. ¿Cuándo nos fastidia? Cuando la repetimos varias veces al día en su connotación negativa: “no tengo tiempo”, “esto me quitará tiempo”, “me lleva demasiado tiempo”, “es que el tiempo…”, “se me fue el tiempo” y acá podemos sumar otras.
Si estás leyendo esta nota es porque ya te hizo ruido nada más ver el reloj, nada más leer la palabra “tiempo”.
¿Cuándo la palabra “tiempo” es positiva? Cuando la sentimos amiga, cuando sabemos que el tiempo es un bien preciado y que está de nuestro lado. Cuando al decirla, leerla o escucharla nos da sensación de placer.
“En lugar de esperar a que las cosas sean mejores, haz una lista de todas las cosas que puedes hacer hasta que la situación mejore y hazlas”, Danielle Kennedy
La prisa, sentirse ocupados, saberse ocupados sin poder disfrutar de otras cosas, de otros momentos, de los que verdaderamente nos harán felices y cuando nos vamos a acostar sentimos que no hicimos “nada” y sin embargo cumplimos con la rutina que nos impusimos, es ahí cuando obligadamente debemos desprendernos del tiempo. Dar gracias por el día y dejar en manos de nuestro Yo superior, que solucione todo.
Intensamente
Algo que debemos tener en cuenta son las etapas fundamentales del desarrollo humano y su relación con el tiempo. No es lo mismo a los 7 años que a los 15, los 20, 30, 50, 70 ni a los 90 o 100. Si vemos cómo funciona el cerebro y nuestras relaciones en cada etapa, entenderemos por qué nos importan algunas cosas hoy que no nos importaban antes y sin embargo ahora nos atrevemos a decir: “si hubiera hecho esto a los 20 sería distinto”. ¡Claro!, que sería distinto, obviamente. Vivimos intensamente, imparablemente hasta que nos detenemos. En nosotros está elegir detenernos para quejarnos o detenernos para crear.
Ya sabemos lo que pasa si tuviéramos a mano el auto de Volver al Futuro. Cambiar el más mínimo movimiento del pasado significa un caos, un cambio rotundo no solamente en nuestra vida sino la de todo el contexto, un dominó imparable, ingobernable y para nada placentero.
El tiempo es vida, la vida es tiempo y todo se relaciona con los cambios. ¿Por qué queremos tiempo? ¿Para qué lo queremos? ¿Qué haremos con él? Y de pronto se nos aclara el panorama.
El placer de olvidar
El maestro de Habilidades y Principios de la Universidad de Piura en Perú, Jaime Ancajima, dice que es necesario centrarnos en explotar nuestro tiempo de la mejor manera posible, fijándonos en el presente, apartando los recuerdos negativos del pasado y no obsesionarnos con el futuro.
Si tenemos en cuenta lo que nos explica Marian Estapé, popular en Instagram, que el cerebro recuerda mejor cuando lo escribimos y que para ser felices el mejor remedio es tener mala memoria, entonces podemos ponerlo en práctica.
Estapé dice que “buena salud y mala memoria” son fundamentales porque no conoce a nadie resentido con buena salud y feliz. ¿Quieres ser enfermo e infeliz? Creo que responderás: “No”.
Ladrones del tiempo
No existe un ladrón del tiempo más dañino que nosotros mismos, que nuestra mente dispersa o llena de supuestos “quehaceres”.
El doctor Mario Alonso Puig advierte que las vacaciones no son un lujo, son una necesidad porque poder descansar al menos unas horas o un fin de semana, nos llevará a vivir más plenos, menos amargados.
Un pensamiento obsoleto, fuera de estos “tiempos” es el supuesto “ser exitoso” del hombre “ocupado”. Ahora, ser exitoso es ser feliz, es poder ser una persona altamente productiva en negocios o tareas en poco tiempo y disfrutar del resto siendo altamente productivos en paseos, estudios, lecturas, descubrimientos.
Una persona exitosa es aquella que puede sorprenderse y puede darle su atención plena a todo lo que está haciendo. Si te bañas te concentras en el jabón, el agua, tu cuerpo; si comes te concentras en el aroma, el sabor, los colores; si trabajas te concentras en eso; si estás en compañía te concentras en la charla y así con todo. Esa es la forma de valorar el tiempo.
Cuidarte significa ponerte a salvo, lograr que tu sistema nervioso esté tranquilo, descuidarte es ponerte en peligro, es estar en permanente alerta, ansioso, lo que activa el estrés, te desequilibra y te enferma dice Belen Wallner, la terapista. Considerar que no tenés tiempo es una manera de no cuidarte. Si practicas tener un poco de amor y un poco de gratitud cada día, verás cómo se amplían tus posibilidades de disfrutar.
Más allá del tiempo
Tener en cuenta siempre que todo sucede por algo, por algún motivo, muchas veces inexplicables para la razón humana, pero la energía poderosa universal sabe de qué se trata. Confiar es una manera de relajar, de estar en el aquí y ahora. Si no puedes hacerlo naturalmente, entonces escribe. Nadie entra y sale de tu vida sin dejar una lección.
Jane Fonda reconoció a los 78 años que a los 30 años era vieja en si alma, ella se sentía vieja y sin embargo ahora que su cuerpo “está fallando, me siento joven”.
Algo así le pasó a Susana Gimenez quien a los 50 no quería reconocer su edad y ahora a los 80 los celebra. Son etapas de la vida misma, lo importante es llegar felices y si no lo fuiste entonces serlo ahora.
Marian Rojas Estapé explica que ni a nuestra mente ni a nuestro cuerpo les gusta vivir en el vacío porque “nos hemos convertido en ‘drogodependientes emocionales’, ávidos de recibir una nueva dosis de dopamina que nos distrae, esa que creemos que nos reconforta. Y lo cierto es que todo esto no sale gratis: tiene impacto en la capacidad de prestar atención, profundizar, pensar y concentrarse”.
Entonces: “Una mente que sabe reposar es una mente feliz”, frase de su libro. Pero, ¿qué señales indican que nuestra mente no sabe reposar?
Ella dice: “Una mente que no sabe reposar se pone a leer y nota que no se concentra, no presta atención y se nota irritable. Una mente que no sabe reposar es la de la persona que mientras cena, come o conversa con alguien está pensando en lo que tiene que hacer después o en lo que le perturba o siente la necesidad de comprobar algo en el móvil”. Lo dicho.
Que el tiempo sea tu no tiempo, que cada vez que aparezca el tiempo te pongas a crear tu nuevo tiempo, escribiendo, ideando. Priorizando tus deseos y obligaciones. Diciendo: “A partir de ahora me paso a la dimensión sin tiempo” y salto imaginariamente.
Evolucionamos cuando aprendemos a realizar cambios en nuestra vida. El tiempo es una herramienta que podemos usar a favor o en contra nuestra. Llegó el momento de elegir.
Cuidarte significa ponerte a salvo, es lograr que tu sistema nervioso esté tranquilo, descuidarte es ponerte en peligro.
Por Rosanna Toraglio
Periodista
de Primera Edición