Hoy quiero compartir con ustedes esta historia que, como tantas otras, pende de una sola palabra: agradecimiento.
A todos aquellos que donan en vida, a todos los familiares que pese al dolor de una pérdida eligen dar vida a otros, gracias.
A los profesionales y personal de salud que se dedican en sus diferentes áreas a guiar, proteger, cuidar. Que siguen estudiando y capacitándose para dar más cada día.
A los que de una u otra manera ayudan y están en el proceso.
Hoy compartimos gracias a Carla y Darío la historia de Victoria, su pequeña hijita.
Victoria, un nombre que sin lugar a dudas anticipaba la gracia y el cuidado de Dios de manera especial. A Carla y Darío los inundó la felicidad de saber que su pequeña princesa había nacido. Felices volvieron a su hogar para compartir con sus 4 varones, la tan ansiada hermanita.
Ambos tenían dos varones de sus anteriores parejas y la pequeña coronaba su unión. La vida en familia transcurría momentos de entera dicha.
La miraban y pese a su hermoso rostro notaban que algo no estaba bien, el tono de la piel era cada vez más amarillento, lo que los médicos denominamos ictericia. Habían transcurrido dos meses y medio, consultaron al pediatra y luego de diferentes estudios detectaron un problema hepático.
Con la eficacia de los médicos del hospital, tramitaron derivación al hospital de Niños de Buenos Aires, ya que el diagnóstico era grave y ameritaba una cirugía con urgencia. La operaron antes de los tres meses para prepararla para otra mayor, pues ingresó a la lista del INCUCAI: necesitaba un trasplante. En algunos casos como este, trasplante hepático, el dador compatible pudo ser su tío. La donación de órganos puede ser de un donante vivo o no. Este caso en particular contó con la suerte de ser su tío. El amor de él y apoyo de su familia llevó a ese dichoso momento en que el nombre de Dios no deja de escucharse.
Las promesas acompañaban cada paso, cada trámite, cada estudio, cada decisión. Nada más de lo que uno puede soportar, nos dice una de sus promesas y ellos como cristianos no dejaron de orar.
Hoy hay solo agradecimiento. Los cuidados deben seguir, pero ya pasó lo peor. La preciosa princesa brilla dando su luz nuevamente.
Entre los entretelones de los pasillos y horas de hospital nos cuenta del encuentro con otros comprovincianos y sus luchas. En particular de un muchacho que pudo saber quién fue su donante, se acercó a la madre del chico para agradecer las 14 vidas que había podido salvar con la toma de su decisión.
Perder a un familiar querido representa un dolor inmenso, pero la alegría de saber que esa vida que se va puede seguir reflejándose en la calidad de vida de tantas otras personas, sin lugar a dudas llena parte de ese vacío.
Darío cuenta cómo cambió su visión respecto a la donación luego de pasar por esta situación y que incluso estaba en contra. Hoy junto a su esposa solo agradecen una y otra vez, la vida y salud de Victoria; el estrecho vínculo con su tío que los unirá siempre de manera única, basado en dar ese amor que solo puede sentir quien dona algo tan valioso de su cuerpo para ayudar a otro.
Sin querer, Victoria, un nombre con esa fuerza y significado, resultó a los 8 meses tener más significado que lo pensado.
El 30 de mayo fue el Día de la Donación de órganos y el 6 de junio fue el Día mundial de los pacientes trasplantados, por tal motivo agradezco infinitamente a los padres de Victoria por compartir su historia para ayudar a todos a valorar este maravilloso acto de la donación de órganos.
Gracias.
Dra. Marcela Campias – Whatapp: 3764413607
Fijo 4423184.