Ya pasaron seis meses desde que le fue dictada la prisión preventiva al acusado del femicidio de Daniela Radke (23), ocurrido en San Vicente. La causa prácticamente está en la etapa de cierre y solo resta una testimonial para que sea elevada a juicio.
Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, el expediente contra Alan Calixtro Closs (31), fue remitido por el Juzgado de Instrucción 3 de San Vicente a la fiscalía, para que opinara por si restaba alguna medida o directamente por la elevación de la causa al Tribunal Penal de Oberá.
Desde el Ministerio Público Fiscal requirieron que el juzgado a cargo de Gerardo Casco le tome declaración testimonial al médico del Cuerpo Forense que estuvo a cargo de la autopsia a la víctima.
Esa medida todavía no ha podido ser completada por determinados inconvenientes. Cuando se realice, la misma será anexada a la causa y remitida nuevamente a la fiscalía. Se descuenta que en esa instancia ya será elevada a debate, sin descartar alguna apelación de parte del defensor de Closs.
A los pocos días de ser detenido tuvo su primera indagatoria ante el juez en la cual se negó a hablar. Tiempo después solicitó dar su versión de los hechos. En ella dijo que no tuvo intención de matar a Daniela y que su muerte ocurrió en medio de un “juego sexual”.
De la investigación se supo que el imputado y la víctima eran amigos y no llegó a comprobarse que hubiera una relación de pareja, al menos en esta instancia.
El 5 de mayo del 2023 en horas de la mañana, un vecino en el barrio Unido de San Vicente vio a una joven tirada en una zanja boca abajo, a unos 20 metros de la calle de tierra. Tenía ropa solamente en la parte superior del cuerpo y marcas como de estrangulamiento en el cuello. Sus ropa interior estaba colocada entre su abrigo.
Desde un comienzo los investigadores de la UR-VIII supieron que se trató de un homicidio y una presunta violación. La víctima no era del barrio.
El cadáver fue remitido a Posadas para la autopsia médico legal, mientras que lograban identificarla en base a las prendas que fueron reconocidas por sus familiares, que ya habían empezado a buscarla.
Tras saber que era Daniela Radke y llegar a su domicilio, la policía recogió testimonios acerca de un joven en motocicleta que la había pasado a buscar.
Con esa pista revisaron cámaras de seguridad e identificaron un domicilio de la avenida Néstor Kirchner de San Vicente, de donde en la madrugada de ese viernes 5 salía un motociclista que llevaba un bulto apoyado sobre el tanque.
Horas antes había ingresado con una joven cuyas ropas eran similares a las que tenía Daniela. Tras un allanamiento en ese lugar detuvieron a Alan Closs, quien era empleado en un secadero.
La mochila de Daniela estaba en un taller sobre la ruta 13, donde el sospechoso la había dejado al mecánico sin decirle de quién era. Dentro de ella estaba su celular.