Jesús o Ye-Shua en francés significa Yo soy, es Dios porque Dios es la conciencia que está en el centro del cerebro, en la glándula pineal. Jacob vio a Dios cara a cara en el lugar que llamó “piniel”, Génesis 32:30. Es el 3er ojo o el ojo de Orus de los egipcios.
“La luz del cuerpo es el ojo, por lo tanto, si tu ojo es único, todo tu cuerpo estará lleno de luz”, Mateo 6:22. El ojo que todo lo ve es tu conciencia o alma, porque es el observador de todas las cosas, ve todo lo que la mente está pensando y las emociones que estás sintiendo.
Eres conciencia experimentando un programa que está siendo ejecutado por el sistema nervioso central, de hecho, ni siquiera estás viendo la realidad. La luz se filtra por los agujeros negros de los ojos y la imagen se produce en la parte posterior del cerebro, todo es una proyección desde tu interior.
La Trinidad es el alma, la mente y el cuerpo, el alma es el observador, la mente el proyector que proyecta el alma en diferentes realidades y el cuerpo el recipiente o templo que habitas al proyectarte.
Tú eres la entidad dentro del cerebro y esta entidad es Dios, por esto los antiguos representaban a Dios en el cerebro. La cabeza es el cielo y el talón el infierno. Éstos son estados mentales que tú manifiestas, no lugares.
El cielo es uno solo unificado, equilibrados los 2 hemisferios cerebrales, femenino y masculino.
La pineal es clave en esta guerra que es espiritual, porque el devil (diablo en inglés) no quiere que te des-veles, que te quites el velo y entiendas que eres Dios hecho carne, la palabra hecha carne, por lo que no te salvarás solo por creer en Cristo, tienes que convertirte en Cristo y elevar tu Ser Superior sacrificando la naturaleza inferior del mismo y convertirte en el “hombre nuevo” con tus nuevas vestiduras (Libro de la Sabiduría).
Al activarla notarás que te vuelves más íntegro, pacífico, sensible, sin doblez, no te interesarán las críticas, cambiarás la forma de ver a las personas, a la vida y a la muerte, intuirás el futuro, incrementará tu visión ulterior, como tu amor hacia la naturaleza, observarás el cielo.
Graciela del Carmen Zaimakis de Abraham
Escritora/ Escuela de Pensamiento
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