“Me duele mucho porque los chicos vienen seguido y preguntan por la merienda, yo veo la necesidad y los chicos sufren. Pero actualmente no estoy pudiendo seguir con el comedor”, comenzó contando María Madgalena Piriz Aguiar en comunicación con PRIMERA EDICIÓN.
Resaltó que ella cuenta con los elementos necesarios: tiene ollas, cucharonas y otros utensilios básicos para brindar atención a quienes se acercan por un plato de comida. “Pero por ahora me queda sólo el deseo, porque apenas llego yo a fin de mes, así que no logré juntar más para la merienda y tampoco me llegaron más donaciones”, precisó. Esto demuestra que hasta quienes solían aportar alimentos o ropas para colaborar, tampoco están ahora en condiciones de seguir haciéndolo.
Su casa, donde funciona el merendero llamado “El Maná”, está ubicada entre el barrio San Miguel y el barrio San José de Oberá, sobre Caroba frente a calle N° 10. Allí llegan niños, adolescentes y hasta madres embarazadas a preguntar por una porción de comida. “Mi hija en un momento hizo una planilla y eran alrededor de 70 chicos que venían”, señaló María.
La mujer dejó en claro que “durante varias de las gestiones que pasaron por el Municipio solicité ayuda para el merendero, y todos prometen o te ayudan sólo en época de campaña, supuestamente te van a tener en cuenta para próximos proyectos pero después al final no pasa nada”, lamentó.
Contó que incluso hacía ferias o vendía cosas para recaudar y comprar lo necesario a fin de cumplir con la merienda, que solía servir entre dos o tres veces por semana. “Los chicos vienen, o a veces vienen los niños más grandes y llevan porciones para sus hermanitos, ellos recorren muchos merenderos, y ahora vienen pero lamentablemente les tengo que decir que por ahora no hay”, reiteró.
Además de su esfuerzo personal, también María acude a otras personas con ganas de ayudar. Así se contactó con una peluquera de Oberá, quien enseña este oficio y estuvo dispuesta a acercarse al merendero junto a su equipo de colaboradores y ofrecer jornadas de corte de pelo gratuito. “Vinieron muchos niños y gente grande también, algunos nunca se habían cortado el cabello, así que se fueron con un lindo corte”, recordó.
Para reanudar la actividad en el merendero que monta en su propia casa, María necesita colaboración de alimentos e insumos no perecederos; también donaciones de otro tipo como ropas o útiles son bienvenidas.
Quienes quieran ayudar de alguna manera pueden comunicarse con ella al número 3755587724.