Nuestra identidad, o sea ¿Quién soy? Tiene mucho que ver con el contexto, ámbito o entorno. Si estuviéramos en otro entorno, quizás seríamos totalmente distintos.
Nuestra identidad se forma con lo que se nos nutre, lo que nos dicen nuestros padres, docentes, etc. Esa identidad se forma y marca hasta los 17 años aproximadamente.
Siempre que tengamos que hacer una crítica constructiva, siempre debemos realizarla desde las conductas y nunca desde la identidad.
Un padre que dice a su hijo: “Sos un b…”, es un padre cruel porque ese hijo crece creyendo que es un “b…”.
No es lo mismo decirlo desde la conducta: “Eso que estás haciendo es una boludez”.
Siempre la crítica debe ser empática, debemos dejar de criticar desde la Identidad, porque quizás alguien no es eso que estamos juzgando, sino que está actuando desde ese lugar de juzgamiento.
Muchas veces pensamos que somos lo que hacemos, y si en el camino de la vida, tenemos 2 o 3 fracasos, ya nos consideramos fracasados.
Todo esto puede cambiar, quizás debemos cambiar el entorno en el que estamos actuando. En una Empresa podemos ser totalmente nulos y en otra “romperla”.
Otra forma es la manera en la que estamos realizando las cosas, no es lo mismo hacer algo desde el sacrificio que hacerlo desde el amor. Y esas cosas se deciden. Cuando ponemos actitud, sabemos que las cosas cambian.
Hay un video en Instagram que explica que tanto el conocimiento, como la habilidad, “suman”. Pero la actitud, “multiplica”.
Tener 10 de “Conocimiento” y 10 de “Habilidad” nos da un total de 20. Con una “Actitud” de 1, sigue siendo un total de 20.
En cambio, si en “Conocimiento” tenemos 5 y en “Habilidad” también 5, eso nos da 10, y si la “Actitud” es 5, el resultado es final es 10 x 5, un total de 50. Entonces la cosa cambia. Y poner Amor, es una manera de cambiar de Actitud.
La frase: “Yo soy así” es falsa. No somos así, decidimos en cada elección cómo queremos ser. Elegimos con quién juntarnos y con quién ya no queremos estar, qué carrera elegir, qué conductas debo cambiar. Poner disciplina, buscar un propósito, comprometerme conmigo.
La Identidad es más difícil “construirla” que “destruirla”, a veces un adolescente en un colegio donde le hacen bullying, deja de creer en sus padres y empieza a creer que es gordo, que no sirve para nada, etc.
A veces el conflicto no es: “¿Quién soy?”, sino “¿dónde estoy?”. O no consigo resultados por mis conductas o por mis habilidades, las que no se desarrollan sin la práctica.
Todo esto es un trabajo personal, a través de un propósito de mejorar la calidad de vida. Como el compromiso es nuestro, solo tenemos que trabajar en nosotros mismos y para ello es vital el darse cuenta: “Qué queremos”.
Arquitecta Lucía Silva
Autora de los libros
“De Reversa” 2016