Bajo el lema “En oración y en comunidad: peregrinos de la esperanza”, el Seminario Diocesano “Santo Cura de Ars” de Posadas dará inicio al triduo de la Fiesta Patronal 2024 en honor a San Juan María Vianney.
Las actividades comenzaron el jueves último con una “Tarde de Adoración Eucarística” en la sede del seminario en avenida Alem 3157. Mientras que mañana domingo 4 de agosto, Día del Patrono “Santo Cura de Ars”, se celebrará una misa central a las 11 horas, a cargo del obispo Juan Rubén Martínez. Posteriormente, habrá un almuerzo comunitario con venta de arroz con pollo, empanadas y pastelitos. Las celebraciones concluirán el domingo 10 de agosto a partir de las 19 horas con la “Noche Joven” en el Instituto Santa Catalina, situado en avenida Alem 3270.
En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, el padre Bruno Arce, prefecto del Seminario Santo Cura de Ars, invitó a la comunidad a participar del triduo en honor a San Juan María Vianney. “Cada año, en nuestra Fiesta Patronal, el seminario abre sus puertas para recibir a toda la gente que quiera venir a participar con nosotros de la Santa Misa”, expresó. Además, Arce invitó a los jóvenes de la Diócesis de Posadas y a “aquellos que todavía tengan espíritu joven” a participar de la “Noche Joven” que se realizará el domingo 10 a partir de las 20 horas en el Colegio Santa Catalina, marcando el cierre de esta celebración.
Jóvenes que responden al llamado de Dios
El padre Bruno Arce comentó que actualmente el Seminario Santo Cura de Ars cuenta con 29 jóvenes provenientes de las Diócesis de Posadas, Oberá y Puerto Iguazú, quienes realizan un discernimiento vocacional. “Muchos jóvenes responden al llamado que Dios les hace y a las inquietudes que tienen para discernir su vocación, si es su camino o no el del sacerdocio”, señaló.
En este sentido, Arce indicó que cada mes el seminario realiza un encuentro vocacional al que se acercan muchos jóvenes con distintos planteos y cuestiones. “Los vamos ayudando e iluminando en lo que se puede, también vamos viendo si tienen alguna inquietud vocacional para un posible ingreso al seminario”, explicó.
Por lo general, las personas que ingresan al seminario son jóvenes mayores de 18 años, aunque también ha habido casos de personas de 50 años que se acercan y presentan sus inquietudes para ser sacerdotes. “Obviamente, eso se evalúa y se somete a un discernimiento para ver si es posible su ingreso al seminario y su ordenación. De hecho, hay casos que llamamos ‘vocaciones tardías’. Pero nunca es tarde porque Dios llama una vez y no deja de llamar”, manifestó el sacerdote.
Vale destacar que la formación sacerdotal en el seminario dura cerca de ocho años, y se considera un proceso personal en el que el ingresante se forma en Filosofía y Teología.
Por otra parte, el clérigo explicó que no hay que ver al seminario como un espacio de claustro. “Los chicos tienen contacto con sus familias, también tienen sus vacaciones. La semana pasada estuvieron en sus casas, van y vienen del Instituto Montoya para cursar y rendir exámenes. Los fines de semana salen a algunas parroquias donde realizan su pastoral y conocen a la gente. El seminario es un lugar propicio para que el seminarista pueda discernir su vocación en todos estos largos años, haciendo su proceso para que el último año pueda decidir ser ordenado sacerdote o no. El seminario es una instancia de discernimiento y reflexión para el día de mañana ser ordenado o no sacerdote”.
Finalmente, agregó que este espacio también es una “instancia para que la persona pueda madurar en un montón de aspectos: espiritual, afectivo, comunitario y humano”, concluyó.