Fiscal y juez de Puerto Rico investigan un cruce de denuncias tras un confuso episodio sucedido en el paraje Garuhapé-Mí el último domingo. En principio, el reporte policial refería a un caso de “lesiones y resistencia a la autoridad” pero en las últimas horas una familia denunció a un sargento por supuestos apremios.
Héctor Simon, fiscal de Instrucción de Puerto Rico, investiga junto al juez de aquella localidad un nuevo presunto caso de apremios que involucraría a un sargento de policía, con prestación de servicio en un destacamento de Garuhapé.
Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN respecto al hecho, indicaron que el domingo se produjo una gresca familiar en el paraje Colonia Garuhapé-Mí por lo que solicitaron presencia policial. El destacamento de la fuerza, situado a pocos kilómetros, era la primera referencia para informar el hecho.
Justamente un sargento encargado de esa sede policial se acercó a la vivienda para establecer de qué se trataba el conflicto. Supuestamente, y según denunciaría después, fue recibido a golpes por los integrantes de la familia cuando pretendía arrestar a uno de los más revoltosos que evidenciaba ingesta excesiva de bebidas y se opuso al procedimiento.
Al verse superado en número, el efectivo dijo que salió del lugar como pudo y después de recibir una tunda de golpes a tal punto que lo habían arrojado al piso, solicitó refuerzos y una patrulla de otra dependencia de la UR-IV fue en su ayuda y detuvieron a un hombre de 29 años.
Horas más tarde, se presentaron varios familiares del detenido en la comisaría de Garuhapé y denunciaron al sargento. Si bien reconocieron que habían llamado porque el joven estaba aparentemente en estado de ebriedad y provocando disturbios, mencionaron que el accionar del policía no fue el adecuado.
Siempre de acuerdo a uno de los denunciantes, un hombre de 50 años, el sargento ingresó al lugar “alterado” y despachó a rebencazos a quien terminó detenido en la sede policial jurisdiccional.
En la denuncia explicaron que el uniformado le propinó varios golpes para arrestarlo, pero tuvieron que intervenir para que no continuara la situación de violencia, según ellos, extrema. Esa intervención, según el policía, fue un ataque entre varias personas.
En este contexto, los familiares del joven realizaron la denuncia por apremios ya que éste tendría varios días de curaciones por el supuesto ataque del uniformado.
Paralelamente, el sargento también fue asistido por algunas lesiones producto de los golpes de puño y patadas que recibió. En esta tónica, también denunció “lesiones y resistencia a la autoridad”.
La Justicia no descarta iniciar una investigación respecto a la agresión al policía y cursa otra por los supuestos apremios. Por el momento el juez que lleva adelante la causa, Leonardo Manuel Balanda Gómez, titular del Juzgado de Instrucción de Puerto Rico, dispuso que no haya detenciones, ya que el joven apuntado como revoltoso fue notificado de la causa y liberado al día siguiente del episodio.
En cuanto al suboficial, no descartan que se solicite pedido de detención.