El crecimiento de la matrícula obligó a principio de este año a subir de categoría al aula satélite de la Escuela 567 que se convirtió en la escuela núcleo. A su vez, la otrora escuela núcleo, ubicada en la colonia, que hoy tiene menos de 40 alumnos, pasó a ser aula satélite.
Pero las condiciones edilicias de la Escuela 567, ubicada en el populoso barrio 25 de Mayo de San Vicente, están muy lejos de ser buenas. No lo eran como aula satélite y ahora se transformó en una nueva “escuela rancho”.
Construida a pulmón por los padres de los alumnos hace ya varios años, el precario edificio de madera y techo de chapa, con un piso alisado que se fue rompiendo con su uso intensivo y dos baños para los chicos (con fondos propios, la comunidad educativa pudo hacer hace un mes un pequeño sanitario para las docentes), requiere a gritos un reemplazo.
Después de muchos años de gestiones para acceder a un nuevo edificio, la directora de la Escuela 567, Carolina Sartori, se alegró cuando en 2022 le confirmaron que éste se haría con fondos nacionales. Pero, según confió la directora a PRIMERA EDICIÓN, entre el anuncio y el inicio de la obra hay todo un proceso de trámites. La obra ni siquiera llegó a ser aprobada cuando inició la nueva gestión nacional que hasta el mes pasado suspendió incluso las obras escolares ya iniciadas. Y el proyecto del nuevo edificio quedó otra vez en el aire.
Una refacción que no se concretó
El Gobierno provincial anunció que refaccionaría los sanitarios de la escuelita durante el receso escolar de invierno e incluso, por gacetilla de prensa oficial, incluyó esta obra como una de las realizadas durante esas dos semanas de julio.
Pero hasta ayer, según confirmó la directora, los baños seguían igual, ninguna empresa de construcción hizo refacción alguna.
No obstante, según confió la docente, “estos últimos días vino gente del Ministerio de Educación, un señor midió los límites para un cerco perimetral, nos pidió que sacáramos fotos desde distintos ángulos porque se haría una escuela nueva. También nos recomendó que buscáramos el plano porque el terreno donde está asentado el actual edificio es municipal y ahora se está haciendo el traspaso al Consejo General de Educación (CGE)”.
Oficialmente, no obstante, aún no hay confirmación que la provincia construya este edificio escolar con fondos propios.
Chicos pobres, escuela pobre
A la Escuela 567 asisten 114 alumnos y cuenta con tres aulas, un depósito que ahora quieren acondicionar para que funcione como cocina, una pequeña dirección, baños y la galería. A falta de biblioteca, hay una pequeña biblioteca en cada aula. No cuenta con un Salón de Usos Múltiple ni patio techado.
Las bajas temperaturas de este invierno se sufrieron en el interior de las tres aulas tanto como en el exterior porque el frío y el viento entran sin freno alguno por las rendijas entre las maderas de las paredes. La falta de cielorraso en las aulas convierten cada jornada escolar en un desafío, especialmente durante los meses de invierno.
El barrio 25 de Mayo, donde viven la mayoría de los alumnos, está marcado por la pobreza, con familias que residen en casillas con techos de cartón y pisos de tierra, lo que agrava la situación. La escuela no recibe aún los fondos para el servicio de comedor por lo que durante la jornada escolar, que se extiende desde las 7 de la mañana hasta el mediodía, no puede ofrecer a sus alumnos ni siquiera un mate cocido con leche caliente, lo que es particularmente crítico en estos días de bajas temperaturas.
Según contó la directora, la limpieza de la escuela está a cargo de los docentes con ayuda de los padres porque no cuentan con personal de servicio.
Sin cerco perimetral y con un edificio extremadamente precario, tampoco es seguro dejar nada de valor dentro de la escuela.
Por eso, según precisó Sartori, “pese a que tenemos Internet y en diciembre pasado recibimos el carrito digital solo llevamos lo que se va a usar a la escuela porque no queremos que nos roben esos materiales. Nos organizamos con las maestras, cada una tiene diez computadoras, otra el proyector… y traemos a la escuela cuando se necesita para trabajar con los chicos. Es un material muy lindo e importante para nuestros alumnos y lo cuidamos mucho, incluye el robotito y lápices digitales, entre otras herramientas”.