Una de las primeras cosas que produce traer un mensaje que hable de Dios es la clásica pregunta “¿de que religión sos?”. Expresar fe dentro de ese contexto tiene siempre la posibilidad de agradar o el riesgo de ofender. En el caso particular de PALABRAS DE VIDA, la columna que estás leyendo, no embanderamos una religión, sino que nos hacemos eco del “mensaje de la cruz”.
Como en muchas cuestiones existenciales de la historia de la humanidad, aparece el concepto de un antes y un después como resaltando o enfatizando la importancia y trascendencia de algún hecho; así mismo en la Biblia se destaca la cruz como un “antes y un después”.
La cruz es el mensaje de amor de Dios para toda la humanidad, por tanto es central, esencial, literalmente vital. El antiguo y el nuevo testamento tienen a la cruz como nexo indispensable para que el mensaje de amor de Dios no quede solo en palabras y promesas, sino que pase a ser un verdadero legado del testador (Dios) a los que por la fe en su hijo Jesucristo se constituyan en sus hijos.
Estimado lector, tal vez todo esto te suena “fuerte”, pero son buenas noticias de Dios para todos nosotros. El “anunciado” niño del pesebre de Belén Emmanuel ( Dios con nosotros), Jesús el mesías Salvador, el verbo hecho carne, nació para morir en la cruz. Porque “de tal manera amó Dios al mundo que dio a su hijo Jesucristo para que todo aquel que en Él crea no se pierda más tenga vida eterna”.
Él era el único testador que podía con su muerte en la cruz activar el legado de Dios para sus hijos eternamente y para siempre, no había ni hay otro camino. La Biblia tiene un hilo conductor en su mensaje que no se contradice siempre y cuando cada texto sea analizado en el contexto de los dos testamentos. Es maravilloso “ver” a través de los relatos a Jesús interactuando con la gente, como en la oportunidad que hizo un milagro de multiplicación de cinco panes y dos peces para alimentar a más de cinco mil personas.
El hecho en sí fue un verdadero milagro, pero al día siguiente la multitud volvió a buscar a Jesús y Él tuvo una manera de proceder aparentemente contradictoria. Les dijo “devuélvanse de donde han venido, porque no vinieron por mi, volvieron porque se saciaron”.
Esta acción recurrente de la gente de buscar la bendición antes que al dador de la misma es una constante en muchos relatos bíblicos y actualmente parece que todavía el mensaje está un poco confuso.
El seguir a Jesús por buscarlo a Él traía y traerá siempre aparejada y añadida la bendición, pero es clave ese orden vital: primero Él, su Reino y su justicia y todo lo demás será añadido. Estimado lector en la próxima publicación me gustaría ampliar más acerca del mensaje de la cruz, para darte a conoce detalles de aquel que murió por vos y por mi, que harán que sientas profundamente el amor de Dios más allá aún de tu religión si la tuvieras.