En las últimas horas se conoció un nuevo dato alarmante en relación a la crisis económica en Argentina. Según el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, se trata de la cifra más alta desde 2004: la pobreza se instaló en el 52% de la población argentina, mientras que el 17,9% de la ciudadanía se encuentra en situación de indigencia.
En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, Gervasio Silva, sacerdote de la Parroquia Jesús Misericordioso, aportó su punto de vista sobre esta problemática que afecta a millones de familias y contó cómo vienen trabajando en el barrio Itaembé Miní.
Expresó que son “datos que duelen”, ya que esos porcentajes son números, y esos números son en realidad personas que día a día luchan por sobrevivir. “Uno dice 18% de indigentes, pero uno hace números y estamos hablando de casi 9 millones de personas a las que no les alcanza para comer. Y ese 52% significa más de 23 millones que no cubren sus necesidades básicas. Esos datos en realidad son nuestros vecinos, compañeros de escuelas, chicos que vienen a catequesis”, describió.
Aumento de la demanda en el merendero

La Parroquia está a cargo de un merendero que cada día recibe a niños para ofrecerles su porción de comida, y últimamente creció el número de personas que asisten. “Nosotros tenemos que reforzar porque muchos subsidios cayeron y eso hace que aumente la demanda en los comedores. Entonces nos comprometemos y trabajamos más”, contó el párroco. A su vez, resaltó la colaboración de parte de otras familias, que siempre donan ropa, comida, útiles, de todo.
“El misionero es muy solidario; siempre responde y ayuda, cada vez que necesitamos o pedimos algo, hay gente que está, o se acerca por cuenta propia. Y el que más colabora no siempre es el que más tiene, a veces es el mismo pobre que sabe lo que es ‘no tener’, entonces lo poquito que tiene lo comparte”.
Al merendero no solo se acercan niños para comer, sino también madres y familias “que son trabajadoras, pero justamente el ingreso de su trabajo no les alcanza”, indicó Silva. Por eso, también se dan situaciones de compra de ropas. “Yo veo muchas mamás de barrios humildes que no pueden salir a trabajar porque no pueden dejar a sus hijos, entonces a veces buscan ropa de acá y pueden después venderla en ferias, para juntar para pagar la luz o el agua, o suman eso a otro trabajo”, amplió el sacerdote.
“Hay que mantener la empatía y la solidaridad”
Entre tanta desigualdad, la solidaridad entre las personas pareciera ser la única red de apoyo par aseguir adelante. “Nosotros creemos que se puede seguir construyendo desde el amor, la empatía y la solidaridad.
En este punto, Gervasio Silva criticó la postura de generalizar y estigmatizar a los pobres. “Desde distintos sectores de los gobiernos a veces se baja una propaganda que fue pasando de la idea de que el problema era la pobreza, a la idea de que el problema es el pobre. U otros dichos como que ‘el pobre es pobre porque quiere’, o ‘algunas mujeres se embarazan por un plan’, pensar eso es una locura, es una idea insostenible e inhumana”, opinó el sacerdote.
Hoy más que nunca “no hay que comprar esa idea de rechazo; necesitamos ayudarnos entre todos, trabajar en la idea de que todos somos hermanos”, reflexionó al finalizar.