Nuestro cuerpo está compuesto por la unidad fundamental que es la célula. En el núcleo, la parte central, están los telómeros que permiten medir el envejecimiento celular. Podemos determinar con ellos cuál es nuestro estilo de vida, ya que más del 90% de las dolencias que tenemos provienen del desequilibrio en el estilo de vida.
A veces nos esforzamos para tener todo perfecto a nuestro alrededor y nos genera distrés crónico. El estrés es algo normal y bueno en nuestro organismo, ya que nos mantiene activos, pero el exceso causa distrés que enferma y acorta nuestros telómeros, afectan los núcleos celulares. Un dolor crónico por ejemplo, lumbar, tratado con antiinflamatorios de todo tipo, repercuten en el aparato digestivo con constipación.
¿Qué tiene que ver una cosa con otra? Es el pensamiento de algunos de mis pacientes cuando pregunto sobre su materia fecal, frecuencia, color, consistencia, cuando vienen con el diagnóstico de lumbociatalgia crónica.
Hay una directa relación del dolor con manifestaciones evacuatorias, constipación, diarreas, si esto ocurre aumenta la inflamación, aumentan las toxinas. Por eso es tan importante la materia fecal; es vital verla y notar los cambios que pudiera tener, ya que es parte del conocimiento sobre nosotros y cómo funciona.
¿Pero por qué ocurre esto si tengo una ingesta de fibras y líquidos adecuados? Por correlación directa del Sistema Nervioso. El Sistema Nervioso, dividido para su mejor estudio en Sistema Simpático y Parasimpático, sabemos que el nervio vago se inflama y repercute según la zona en el dolor crónico, en el órgano débil, es fundamental en respuesta cognitiva, emocional.
La constipación está relacionada con el dolor crónico del nervio vago principal eje de las vías de comunicación. Los nervios se manejan como un cableado en todo el organismo y repercute esta inflamación que nos avisa del desequilibrio en piel, alergias, mialgias, etc. Todo tipo de patologías tienen esta correlación.
No en un solo órgano, no se trata con una pastilla antiinflamatoria sino con cambios en el estilo de vida basados en el conocimiento de nuestro cuerpo. El tratamiento empieza con ayudar al organismo a aumentar la oxigenación, disminuye el cortisol a través de la respiración regulando el nervio vago, ritmos evacuatorios, materia fecal con sus características.
Tenemos estudios de imágenes que nos permiten asombrarnos en la observación de los cambios que produce simplemente el manejo correcto de la respiración en nuestro cerebro y la repercusión en el nervio vago y el sistema digestivo.
Con ejercicios respiratorios, elongación muscular, se descontractura, relaja y funciona como respuesta motora. Con el tiempo adecuado mejora la permeabilidad intestinal, la toxicidad disminuye y va equilibrando, disminuyendo el grado de inflamación. No solamente calma el dolor sino que equilibra la motricidad intestinal.
Los telómeros no solo se cuidan con suplementos, el cuidado fundamental es aprender a conocernos, realizar lo simple para llegar a cada célula y su estabilidad. Respirar adecuadamente equilibra el sistema neuroendocrino, respirar adecuadamente centra y nos permite localizar zonas corporales que nos llaman la atención para cuidarnos. Feliz y bendecido domingo.
Dra. Marcela Campias Whatsapp: 3764413607 –
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