La auditoría llevada adelante por la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología de la Nación expuso la falta de rendición de fondos asignados para ciencia y tecnología por parte de un grupo de 73 universidades y 22 fundaciones y asociaciones educativas de todo el país que recibieron fondos oficiales sobre más de 12.000 millones de pesos durante el gobierno de Alberto Fernández.
Esta auditoría, de la que habló el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en la Cámara de Diputados y cuyos datos fueron publicados este viernes por Clarín en medio de la disputa por el avance de la Ley de Financiamiento Educativo que se podría aprobar el jueves en el Senado, ubicó a la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) entre las diez universidades del país que más dinero recibieron para ciencia y tecnología durante la gestión anterior.
También está entre las universidades más cumplidoras en la rendición: según la auditoría, de los 581 millones asignados a la UNaM para este rubro se rindió el 86,5%, quedando pendiente de rendición el 13,5% restante.
“No podemos rendir fondos que no nos mandaron”
Consultado sobre este 13,5% de los fondos que según la auditoría la UNaM no rindió sobre su ejecución, el secretario de Ciencia y Tecnología de dicha universidad, Pedro Zapata, indicó a PRIMERA EDICIÓN que “todos los fondos que recibimos los rendimos, ese 13,5% que falta rendir son fondos que nunca vinieron”.
Es que, según explicó, “la ciencia y tecnología se maneja con varias fuentes de financiamiento… por un lado tenés las actividades rutinarias que son incluidas dentro de los gastos de funcionamiento que llegan en el presupuesto de las universidades y por otro, los gastos extraordinarios que se solicitan a través de proyectos que se presentan. Algunos proyectos que son de investigaciones particulares se piden a través de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica que es la que salió en los medios días atrás que está parada, que no entrega los fondos o que lo está haciendo muy a cuentagotas, lo cual nos consta porque de ahí tenemos muchos proyectos.
Después tenés otros proyectos, más institucionales, que están relacionados con equipamiento a través de los programas Equipar Ciencia o Construir Ciencia, u otros programas de fortalecimiento de la ciencia y la tecnología a través de un fondo de sirve para compra de equipamiento, contratación de consultores que te asistan en algunas actividades sustanciales… todos esos fondos extras, que son de agencia, los rendimos en planillas que son de agencia y los audita agencia; mientras que los fondos que son los del ex Ministerio de Ciencia y Tecnología se rinden por un sistema diferente al que rinde la universidad su presupuesto”.
Dependiendo de la fuente de donde vengan los fondos, varía el sistema de rendición, “la Universidad rinde por un sistema automático contable ante el Ministerio de Capital Humano y nosotros rendimos a la Jefatura de Gabinete. Esta auditoría de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología de la Nación es sobre los fondos que se rinden en la Jefatura de Gabinete”.
Sin desembolsos desde diciembre
Zapata explicó que “falta rendir porque ellos congelaron los proyectos y ya no nos dieron más desembolsos, por lo que no se puede terminar de gastar el dinero porque no lo mandan. Se cierran los proyectos cuando se terminan de hacer todos los gastos… en este caso, hace ocho meses que no hay desembolsos”.
El secretario de Ciencia y Tecnología de la UNaM detalló uno de estos proyectos del Equipar Ciencia que figuran entre los no rendidos por esa casa de estudios. “Hay un equipamiento de Equipar Ciencia, una centrífuga, por el que tenían que venir 100 millones de pesos, ellos sacaron la resolución, nos hicieron pagar el seguro de caución que seguimos pagando y ahí terminó la comunicación… ahora nos dicen que pidamos para rescindir, pero lo que queremos no es rescindir sino que nos digan que no están dispuestos a pagar entonces hay un incumplimiento del convenio y podemos accionar judicialmente”.
Incluso ahora, aunque llegue el dinero, “ya no podremos gastarlo porque ese equipo que salía 100 millones en noviembre del año pasado ahora sale más de 200 millones por lo que ya no podemos comprar la centrífuga como dice el convenio y tampoco ellos tienen la flexibilidad para comunicarse y decirnos que compremos algo de menor característica, y si no te lo dicen por escrito y comprás otra cosa, incumplís el convenio”.
Además, precisó que “también pedimos que nos den la diferencia para poder comprar el equipo que figura en el convenio pero ya nos dijeron que no nos darán más dinero”.
La trampa burocrática
En otras palabras, en la auditoría dice que la UNaM no rindió fondos que nunca recibió. “Todos los fondos que recibimos los rendimos, ese 13,5% que falta rendir son fondos que nunca vinieron. Otro ejemplo, hay un programa Raíces Federales a través del cual nos dieron 2,5 millones para que nuestros investigadores vayan a capacitarse a otros lugares. Ellos te mandan la resolución, te piden que vos imputes al presupuesto… por lo que eso pasa por Consejo Superior y se imputa al presupuesto, pero la plata nunca vino. Son fondos que parece que están acá porque está el presupuestario pero no el financiero, porque lo cierto es que nunca nos mandaron”.
Consultado porqué algunas universidades tienen un porcentaje de rendimiento muy reducido en ciencia y tecnología, Zapata señaló que puede pasar que “si tenían obras, tienen una diferencia mucho mayor… porque no les mandaron la plata y ellos hicieron imputar que vos ya tenés la plata”.
Este desfasaje ocurre con los programas Equipar Ciencia, Construir Ciencia y los sistemas nacionales de equipamiento que permitían la mantención de equipos de alto porte como grupos electrónicos que requieren insumos muy caros que antes eran cubiertos por la Nación. “También estábamos en un programa de mejora para montar un laboratorio de robótica (de macatrónica) en la Facultad de Ingeniería y eso quedó todo en la nada… se firmó el convenio, pero aprobó el proyecto previa evaluación de pares externos”, recordó Zapata.
¿Fondos asignados o enviados?
La auditoría de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología de la Nación pareciera poner en la misma bolsa los fondos enviados pero también los que fueron asignados a las universidades pero que no se ejecutaron porque muchos de ellos no los recibieron. Así las cosas, es difícil reclamar la rendición. Según la auditoría, la UBA solo rindió el 0,01% de estos fondos entre 2019 y 2023.
La universidad que más recibió para ciencia y tecnología fue la de Tres de Febrero, con 1.020 millones de pesos y rindió el 43,8% de esos recursos. Le sigue en el listado la Universidad de La Plata, con 919 millones de pesos de los cuales rindió el 34%. La UBA aparece tercera en cuanto a fondos asignados, y después la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), con 858 millones y solo el 6% rendido.
La Universidad de Rafaela contó la quinta mejor asignación para ciencia y tecnología, con 802,1 millones y es la que más rindió por el uso de los mismos, con el 91%.
Sexta, séptima y octava aparecen las universidades de José C. Paz (721 millones), Hurlingham y Arturo Jauretche (en conjunto sumaron 623 millones), que rindieron respectivamente un 74,1% y 33,3% y 50%. Completa este listado la Universidad de Cuyo a la que se le asignaron 595 millones y no rindió nada; y la de Misiones con 581 millones y rindió el 86,5%.