Con la llegada de septiembre, el clima comienza a cambiar y la naturaleza despierta, marcando el inicio de la primavera en Argentina.
Este periodo no solo trae días más largos y temperaturas más cálidas, sino que también es un momento crucial para los amantes de la jardinería.
Especialmente en los huertos y jardines domésticos, la primavera es una época de crecimiento y renovación. Los árboles frutales, en particular, se preparan para ofrecer una cosecha abundante, pero para asegurar su salud y seguridad, la poda en esta temporada es esencial.
El impacto de la primavera en los árboles
Durante la primavera, las raíces de los árboles frutales se refuerzan y las ramas se alargan, lo que facilita un mayor crecimiento.
Sin embargo, este crecimiento acelerado puede acarrear riesgos si no se controla adecuadamente. Un árbol que crece desproporcionadamente puede convertirse en un peligro tanto para sí mismo como para su entorno. Las ramas demasiado largas o pesadas pueden romperse y causar daños materiales o incluso poner en peligro a las personas que viven cerca.
Por eso, es vital realizar podas estratégicas que no solo mantengan la forma y el tamaño del árbol bajo control, sino que también favorezcan su salud general.
Beneficios de la poda en árboles frutales
La poda durante la primavera tiene múltiples beneficios. Primero, ayuda a eliminar ramas muertas, enfermas o dañadas, lo cual mejora la circulación del aire y la exposición a la luz solar dentro del árbol. Esto no solo previene enfermedades, sino que también estimula la producción de nuevos brotes y aumenta la cantidad y calidad de la cosecha.
Entre los árboles frutales que más se benefician de la poda primaveral se encuentran los manzanos y los perales.
Para los manzanos, es crucial podar antes de que los brotes comiencen a hincharse, mientras que en los perales es importante cortar rápidamente las ramas cruzadas que aparecen en esta temporada. Los ciruelos y los cerezos también requieren atención especial.
La poda en los ciruelos ayuda a controlar el tamaño del árbol y mejora la calidad de los frutos, mientras que en los cerezos es fundamental para eliminar ramas enfermas y fomentar un crecimiento equilibrado
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Técnicas de poda
Podar árboles frutales puede parecer una tarea intimidante, pero siguiendo algunas técnicas básicas, cualquier propietario de un jardín puede llevar a cabo este proceso con éxito. Un consejo esencial es usar herramientas de poda limpias y afiladas para evitar dañar el árbol y prevenir la propagación de enfermedades.
El primer paso es identificar y eliminar las ramas muertas, enfermas o dañadas. Estas ramas pueden ser un foco de virus y plagas, por lo que su eliminación es prioritaria.
Luego, se deben podar las ramas que crecen hacia el interior del árbol o que se cruzan entre sí, ya que estas pueden obstaculizar el crecimiento y desarrollo saludable de la planta.
Para los cortes, se recomienda hacerlos en ángulo, lo que facilita el proceso de cicatrización y reduce el riesgo de infección.
Además de la poda de mantenimiento, que se enfoca en mantener la salud del árbol, existe la poda de formación, especialmente útil para árboles jóvenes.
Esta técnica ayuda a establecer una estructura fuerte y bien equilibrada desde el inicio, lo que favorece un crecimiento uniforme y una mayor producción de frutos en el futuro.
La poda de formación se centra en reducir la cantidad de ramas laterales para concentrar la energía del árbol en el desarrollo de una estructura central sólida.