El arco también es de ellas. Hoy en día no solo se multiplican las jugadoras de campo, sino que el fenómeno se extendió al arco: cada vez más chicas agarran los guantes, se ponen debajo de los tres palos y dejan todo en cada pelota. Es por eso que Valeria Romero (32), guardameta desde hace casi 20 años, arrancó su Escuela de Arqueras donde trasmite sus conocimientos y genera un espacio de encuentro para todas las que aman el puesto. “Creo que cualquier jugadora se puede volver arquera”, dijo la entrenadora a EL DEPORTIVO.
Son alrededor de diez alumnas en la Escuela. Llegan, se calzan los guantes, se ponen debajo de los tres palos y arrancan. Algunas llegaron al puesto porque les gustaba, otras porque nadie más quería ir al arco. Una vez ahí, quisieron perfeccionarse y la buscaron a Valeria, que tenía experiencia en el área chica.
“Esto viene de hace mucho, muchas chicas me pedían para entrenar aparte pero yo no tenía mucho tiempo. Hasta que decidí ponerme las pilas, empecé con la Escuela y me gustó”, contó la arquera y profe a EL DEPOR.
Valeria es de Puerto Iguazú. Allá jugaba en un equipo llamado Galaxia junto a su hermana melliza. Un día se lastimó la única arquera del equipo y nadie se animaba a atajar. Ella tomó la posta y descubrió su lugar en la cancha: al tiempo le sacó el puesto a la arquera titular y “nunca más salí”, contó. En ese entonces tenía apenas 13 años.
Las alumnas
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Fátima Benegas es defensora del femenino de Mbareté, pero decidió sumarse a la Escuela de Arqueras para estar a disposición en caso de que el equipo lo necesite. “Siempre se busca arquera, es el puesto para el que menos chicas se ofrecen y entonces decidí tomar la posta y estoy empezando de cero, quiero aprender para poder cumplir con el equipo”, dijo a EL DEPOR en su primer día bajo las órdenes de Valeria.
Natalia Venialgo, por su parte, hace tres años que ataja en Unidas FC. “Es un equipo que surgió en el barrio Itaembé Guazú”, indicó. Natalia llegó a la Escuela para aprender todo sobre el puesto. “Si bien me metí en el arco, no tenía muchos conocimientos. Por eso vine a entrenar, a aprender un poquito más”, contó a EL DEPORTIVO.
¿Su referente en el arco? Una respuesta que sale casi sin pensar: “El ‘Dibu’ Martínez”, uno que no necesita presentación. ¿A nivel femenino? No dudó: Valeria, la profe. “Estuve viendo algunos videítos y cuando iba a venir a entrenar me aconsejaron que lo haga porque Vale es muy buena arquera, me dijeron que iba a aprender mucho y los resultados se están viendo”, aseguró.
Claudia Vega, arquera del equipo de Fútbol Femenino del Colegio de Abogados de Misiones (FFCAM), llegó a la Escuela en marzo pese a que ataja hace casi dos años. El objetivo era tener un entrenamiento específico para arqueras para jugar el torneo de la ACIADEP (Asociación Civil Interprofesionales Amateur de Deportes).
Sobre el entrenamiento, solo tiene palabras de halago. “Es fructífero y los resultados están a la vista. Nos sirve muchísimo”, aseguró.
“El rol del arquero es bastante específico y muy puntual. No solo debemos trabajar las cuestiones dentro de la cancha sino también el manejo de las emociones, porque por la posición muchas veces sentimos que tenemos toda la dinámica sobre nuestras espaldas. Es un puesto complicado, pero no por eso deja de ser lindo”, remarcó.
En cuanto a referentes, uno es el “Dibu”, sin dudas. Además, “la arquera de Paraguay, Jessica Franco. Siempre la veo porque me motiva muchísimo, es una excelente arquera”, cerró Claudia.
Verónica Spada, por su parte, es arquera del DEFEMI, un equipo de fútbol 7, y llegó al arco “porque es el lugar que nadie quiere, esa es la realidad; pero me fue gustando cada vez más y cuando empecé a atajar en equipo de once sentí la necesidad de tener un entrenamiento más especializado y la busqué a Vale. Y lo recomiendo a todas las que se animan a atajar, que se sumen porque la verdad que se aprende muchísimo y es una posición que no es fácil entonces también poder juntarnos con otras arqueras y compartir este espacio realmente es muy gratificante”. ¿Sus referentes? “El ‘Dibu’, una figura para todos; (Sergio) ‘Chiquito’ Romero porque soy bostera y Vale”.
El entrenamiento
Ni bien arrancó la Escuela, Valeria recibió varios mensajes para sumarse. Hoy, activas, están alrededor de diez chicas; algunas suelen faltar por lesiones o cuestiones personales, pero después vuelven.
La práctica arranca con la entrada en calor. “Después, depende de la experiencia de la arquera porque hay avanzadas y hay quienes recién empiezan e intento equilibrar eso”, contó Valeria a EL DEPOR.
El trabajo consiste específicamente en “cómo parar la pelota, agarrarla, cómo pasarla, la toma de decisiones, cómo caer, la agilidad, los reflejos, los rebotes. Trato de trabajar los gestos técnicos de una arquera, para mí eso es re importante”, aseguró la profe.
Y lo bueno es que el Mundial de Qatar y el fenómeno “Dibu” Martínez cambiaron la percepción sobre el puesto. “Después del ‘Dibu’ se le dio mucha importancia al arco y al entrenamiento de arqueras, que casi no existe. Muchas veces los entrenadores no pueden ocuparse específicamente del arquero porque tienen al resto del equipo. Pero sí, creo que después del ‘Dibu’ fue furor el arco”.
Para Valeria, el “Dibu” encabeza su top 3 de mejores arqueros, seguido por “Chiquito” Romero y Agustín Rossi. En la rama femenina, Bárbara, arquera de Brasil. ¿Arquero se nace o se hace? “Yo creo que cualquier jugadora se puede volver arquera”, cerró Valeria.