A menudo se alaba la capacidad de hacer varias cosas al mismo tiempo, conocida como multitasking. La imagen del profesional eficiente, que gestiona múltiples tareas simultáneamente se ha convertido en un ideal. Sin embargo, la realidad detrás de esta práctica es bastante diferente. Diversos estudios han demostrado que el multitasking no solo reduce la eficiencia, sino que también afecta negativamente la calidad del trabajo y el bienestar mental. Es aquí donde surge la necesidad de reconsiderar nuestro enfoque y optar por “dejar de empezar y empezar a terminar”.
El multitasking es un mito moderno. La idea que podemos manejar varias tareas a la vez de manera efectiva se ha demostrado errónea. La realidad es que nuestro cerebro no está diseñado para procesar múltiples flujos de información de forma simultánea. Este cambio constante de enfoque consume tiempo y energía, además de aumentar la probabilidad de cometer errores.
Según un estudio realizado por la Universidad de Stanford, las personas que realizan múltiples tareas a menudo tienen más dificultades para filtrar la información irrelevante, lo que disminuye su capacidad de concentración y puede llevar a un agotamiento mental más rápido. Además, este tipo de trabajo fragmentado genera una sensación constante de incompletitud, ya que nunca se llega a profundizar verdaderamente en una tarea antes de pasar a la siguiente.
El enfoque en una tarea a la vez permite alcanzar una mayor profundidad y calidad en el trabajo realizado. Cuando nos dedicamos completamente a una actividad, no solo aumentamos nuestra eficiencia, sino que también disfrutamos de un sentido de logro al completarla. Terminar tareas proporciona una sensación de cierre y satisfacción, liberando nuestra mente para concentrarse en el siguiente desafío con claridad y determinación.
Además, el enfoque singular mejora nuestras habilidades cognitivas. Nos permite desarrollar una mayor concentración y resistencia mental, habilidades cruciales en un mundo saturado de distracciones. Al finalizar tareas, construimos confianza en nuestras habilidades, reforzando un ciclo positivo de productividad y satisfacción personal.
Entre los beneficios de enfocarse en una tarea a la vez nos encontramos con mayor capacidad de atender los detalles, lo que generalmente resulta en un trabajo de mayor calidad, desarrollo de habilidades específicas y perfeccionamiento de técnicas.
En un mundo que valora la rapidez y la productividad, es fácil caer en la trampa del multitasking. Sin embargo, la verdadera eficiencia y satisfacción no se encuentran en hacer más cosas al mismo tiempo, sino en hacer las cosas bien, una a la vez.
El mito del multitasking nos distrae de lo que realmente importa: la calidad del trabajo y el bienestar personal. Optar por “dejar de empezar y empezar a terminar” no solo nos ayuda a ser más productivos, sino que también nos permitirá vivir de manera más plena y consciente. Al final del día, la paz y el éxito provienen de completar nuestras tareas con atención y dedicación, sabiendo que hemos dado lo mejor en cada paso del camino.
Valeria Fiore
Abogada-Mediadora
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