Con el objetivo de afianzar la cultura misionera a través de la música, la danza y la palabra, se presentó la segunda edición de la Fiesta del Folclore Misionero. Por ello, se invita a artistas a participar del 12 de octubre al 10 de noviembre en “El Camino de la Fiesta”, que contará con certámenes de danza, animación y recitado en las sedes de Campo Grande, Santo Pipó, Oberá, Puerto Esperanza y Leandro N. Alem. El gran cierre será el 16 de noviembre en el Parque de las Fiestas (avenida Mitre y costanera) de Posadas, con entrada libre y gratuita.
“El Camino de la Fiesta” constará de cinco etapas. El 12 de octubre, la primera sede será en la Región del Río Uruguay, en Campo Grande; la segunda, el 13 de octubre, será en la Región Capital, en Santo Pipó. El 19 de octubre será el turno de la Región Centro, en Oberá; el 26 de octubre en la Región del Río Paraná, en Puerto Esperanza; y, finalmente, el 10 de noviembre en Leandro N. Alem. Los ganadores de cada una de estas etapas participarán en el cierre el 16 de noviembre. Las inscripciones están abiertas y podrán participar personas a partir de los 5 años, representando a cada una de las cinco regiones. Los interesados pueden consultar en el sitio: www.canva.com/design/DAGO_b-X-lk/di2xqaJ5-UzxLVZMVr_eHg/edit.
En este marco, se elegirá al Provinciano y la Provinciana Misionera en distintas categorías, según las edades: “Mitai ha Mitacuñai”, “Gurí y Guaina”, “Paisana y Paisano” y “Donosa y Paisano del Adulto Mayor”. También se premiará al “Mejor Recitador o Recitadora” y al “Mejor Difusor/Animador de la provincia”.
La fiesta es organizada por la Asociación Misionera de Difusores del Folklore (AMIDIF) y el Colectivo Cultural Folclórico Misionero “Soñadores”, con apoyo de la Secretaría de Cultura de Misiones.
En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, Laura Cáceres, de la Asociación Misionera de Difusores de Folklore, comentó que esta segunda edición de la Fiesta del Folclore Misionero busca que la comunidad se apropie de todo lo que tiene que ver con “los ritmos, las danzas y la palabra manifestada en el folclore misionero. Muchas veces escuchamos ritmos de otras partes del país que abrazamos y amamos profundamente, como la chacarera, la zamba o la cueca, pero lo que busca esta fiesta es afianzar nuestros propios ritmos misioneros”.
En cuanto a la categoría de danza, los participantes interpretarán ritmos como el chotis, el balerón, el chamamé, el valseado, la galopa o el gualambao. Sobre la categoría de recitado, Cáceres indicó: “Buscamos a personas que puedan recitar con autoridad propia o utilizando textos relacionados con su lugar y su origen, de autores misioneros”. Para los difusores y animadores, explicó que “no es necesario tener experiencia, pero sí ganas de subirse al escenario, de mostrar su impronta cultural y su manejo en un escenario”.
Cáceres también destacó que este evento busca reivindicar la identidad misionera no solo a través de la danza y la palabra, sino también mediante el trabajo artesanal y la gastronomía local. “Por eso, el 16 de noviembre en la gran final habrá un patio de comidas y estarán presentes los artesanos. Además, intentaremos llevar adelante un simposio para profundizar sobre temas culturales, ya que muchas leyes provinciales acompañan estas iniciativas y es importante que se conozcan. Celebramos que la reciente ley que establece la enseñanza del folclore en las escuelas a través de la música misionera comience a tener repercusión. Esperamos que el nuevo diseño curricular, que entrará en vigor el próximo año, se implemente correctamente en las aulas, y que los medios de comunicación continúen difundiendo la música misionera. Cada aporte enriquece nuestro folklore, y desde la Fiesta queremos seguir sumando cada año”, expresó.
Finalmente, la referente invitó a la comunidad a participar activamente de la Fiesta del Folklore Misionero: “Solo ellos le dan vida”. Cáceres cerró destacando la expectativa para esta segunda edición: “Somos jóvenes, tenemos la energía necesaria para impulsar este evento. El año pasado tomamos conciencia del impacto de lo que estábamos haciendo cuando un tarefero dejó su jornada laboral para participar como bailarín. Eso nos demostró que estamos logrando que cada misionero se sienta identificado y encuentre en esta fiesta una oportunidad cultural”.