Verdaderamente, poder habitar en esta realidad como una dimensión dentro de otra dimensión y poder así, desde la mirada sistémica y el observador interno, comprender que la verdadera energía nos viene de estar alineados con las leyes universales, los ciclos de la naturaleza y el ritmo planetario que a su vez responden a otro ciclo mayor a él.
Planetario, solar y cósmico. Somos mundos dentro de mundos, unidos todos sistemáticamente a un propósito mayor que aún no podemos abarcar y comprender. De esa manera, al no poder abarcar con el intelecto el fin último y el propósito del universo solo nos queda poder estar alineados con los órdenes y las leyes universales, de esa manera podemos habitar el mundo y experimentarlo.
Así es como nuestra pequeña interpretación comienza a expandirse, ya no veremos la vida como un conflicto, como una crisis, como algo a padecer sino como algo a vivir y experimentar, ampliar nuestra mirada y expandir nuestro ser interior.
Y entonces, hacernos espacio en el interno para que el alma tome el comando, así al aplicar la gran sabiduría dentro nuestro y ordenarnos con un todo mayor ya todo lo que nos pueda pasar dentro de la objetividad más cruda no tiene ese sentido de dolor y de sufrimiento o de castigo porque sabemos que solo estamos de paso, que esta no es la única realidad, que hay vida después de la vida y que quizás esa sea la verdadera. Por eso, algunos sentimos el gran anhelo de volver a casa o el recuerdo de que en algún lugar existe un mundo en donde el amor es el único fin.
Seguiremos caminando hasta poder realizarlo.
Patricia Couceiro
Máster en Constelaciones
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